CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Victoria fue la cuna del henequén en el centro del estado, tuvo su época de gloria y desde aquellos días se conserva una herencia de la familia Zorrilla, el Hotel «Los Monteros».
Estas son las diez cosas que no sabías de la industria henequenera.
1.- Don Bernardo Zorrilla Beltranilla introdujo el cultivo del henequén en Tamaulipas, fue un encargo de su padre y llegaron los primeros hijuelos de esta planta vía ferrocarril desde el estado de Yucatán en el año 1900.
2.- Decía el cronista Antonio Alejandro Maldonado Guzmán que el primer cargamento trajo 90 mil plantas de henequén.
3.- La vida económica de la entidad prosperó por más de 50 años con la llegada de estas plantas.
4.- Parte de esta gloria hizo nacer la colonia «Héroe de Nacozari», ahí los adultos tenían trabajo en el ferrocarril, el producto viajaba hacia Monterrey y Tampico, mientras los niños de la zona ganaban unos pesos repartiendo las viandas entre los henequeneros.

5.- La mayoría de esas familias no eran victorenses, procedían de otros estados y habían llegado a Victoria para vivir el sueño del henequén.
6.- Entonces la estación era el equivalente a la central de autobuses y eran los propios habitantes a su alrededor los que le otorgaban la magia a
su espacio, desde las fondas, hasta los hoteles y burdeles.
Y como no se podía escapar de los escándalos la oz era el arma más temida.
7.- Los niños de aquella zona asistían a la escuela primaria «Felipe Pescador» en homenaje a un líder ferrocarrilero.
Antes asistían a la escuela «Héroe de Nacozari», la primer escuela del barrio construída en piedra en el sexenio de don Magdaleno Aguilar en el año 1945.

8.- Toda época de gloria tiene su final y la época del henequén acabó con el inicio de la época dorada del petróleo y sus derivados. Pues el material sintético acabó con las fibras naturales.
9.- Con las primeras ganancias la familia Zorrilla aseguró el futuro de tres generaciones.
Y la buena economía se medía entonces por el número de hijos.
Los Zorrilla amasaron una buena fortuna al grado de contar con una casa para las niñas y otra para los niños.
10.- La herencia de esta fortuna prevalece en Victoria y se comparte a diario a través de la arquitectura con la que se adorna el hotel «Los Monteros», un edificio que justo al centro conserva una planta de henequén en honor a la visión de su abuelo.




