Poca gente conoce que existe un mecanismo muy interesante que utilizan algunas empresas del sector energético, particularmente las referidas a las que están en el rubro de energías renovables. Por infortunio, el desconocimiento de estas líneas de acción llega hasta las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) mexicanas, algo que no suceda con las estadounidenses conocidas como Nonprofit Organization inscritas en el modelo 501 (c) del Servicio de Impuestos Internos (Internal Revenue Service, por sus siglas en inglés IRS).
Maria Eugenia Calderón-Porter, actual Vicepresidente Adjunto de Iniciativas Globales, de la Universidad Texas A&M Internacional con sede en Laredo, Texas, desde hace cinco años se ha empeñado en capacitar en cómo procurar fondos o proyectos productivos en sinergia con el sector privado, incluido este interesante mecanismo conocido como Principio de Ecuador, a los líderes sociales que representan OSC de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila,
¿Qué son los Principios de Ecuador (Ecuator Principles, por sus siglas en inglés EP)? Son un marco de referencia que fue lanzado en 2003 para que las instituciones financieras puedan determinar, evaluar y administrar los riesgos sociales así como ambientales de sus proyectos. Se trata de un estándar mínimo, voluntario, para respaldar la toma de decisiones responsables que se aplica globalmente a todos los sectores de la industria trasnacional, incluidas las energéticas.
Este mecanismo cierra el círculo con las instituciones que se adhieren, comprometiéndose no sólo a implementar estas políticas ambientales y sociales en su operación interna, sino también a rechazar a clientes o proyectos que no estén alineados a ellos. Al momento son 79 instituciones en 35 países, desde 2012 están dos mexicanas: Banorte y CIBanco.
Solo por citar dos ejemplos -de varios-, en este momento en Tamaulipas el Parque Eólico Tres Mesas y en Coahuila el Parque Eólica de Coahuila se están construyendo bajo los Principios de Ecuador, con lo que están impactando positivamente a las comunidades cercanas a estos desarrollos, que a través del Principio 3, están impulsando con diversas acciones de preservación del medio ambiente, el entorno social, así como salud pública.
Ahora bien, hay otras más empresas que por la naturaleza del proyecto, que se están construyendo en zonas totalmente despobladas, no saben cómo ayudar bajo el Principio de Ecuador. Peor aún, las OSC mexicanas se están muriendo por escasez de proyectos productivos para sus grupos meta, cuando bien pudieran signar un convenio de colaboración con el sector energético.
Ya lanzaron la nueva versión ahora conocida como EPIII, de la que destaco solo dos cambios sustanciales: Mayor énfasis en la importancia de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE); mayor cuidado en los proyectos que tienen que ver con comunidades indígenas, exigiendo que se cumplan leyes internacionales. En el primero me queda la duda, sí las OSC mexicanas no han podido establecer una real vinculación con las empresas energéticas ¿Lo podrán hacer las compañías que tienen la certificación RSE? En el segundo punto, muy particular hacia la región de Piedras Negras, Coahuila ¿No es un atractivo para preservar los territorios Kikapú? ¿Usted qué opina?
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