Uno de los ejes de la política editorial en Expreso es el dar viva voz a los desprotegidos, al ciudadano común y corriente que diariamente libra todo tipo de batallas y adversidades para cumplir con el fin primordial que todos tenemos en este mundo: sobrevivir.
A través de los años, en sus dos décadas de existencia, Expreso ha sido testigo y vocero de los problemas y exigencias que tiene la sociedad con las autoridades. Hacer valer el poder de la justicia para los más necesitados y cuestionar la actuación del Estado y sus elites es una tarea esencial de los periodistas en cualquier trinchera.
En todos estos años, Francisco Cuéllar, Paco para todos los que lo apreciamos, ha sido un periodista que aboga porque no se deje de cumplir con ese deber elemental.
Esa forma de defender las causas justas y su solidaridad con todos los compañeros del gremio, hicieron de Paco uno de los periodistas más respetados en Tamaulipas. Su espacio de opinión, La Talacha, es una referencia sobre lo que acontece en la vida política de nuestra ciudad y de nuestro Estado.
En 2007, cuando el fenómeno de inseguridad no se vislumbraba con la magnitud de la que ahora tenemos total conciencia, Paco tuvo su primer infortunio al cumplir con su responsabilidad como periodista. El manejo de un problema social en la sierra de San Carlos le costó ser víctima de la delincuencia organizada. Un capítulo frío que superó, pero nunca olvidó.
Después vinieron momentos amargos, un largo periodo de incertidumbre que hizo pagar altos precios a la sociedad victorense y que mantuvo en vilo el ejercicio del periodismo. El miedo y la indefensión marcaron a esa época que todavía no termina y las agresiones a los informadores forman una larga lista que ni siquiera tiene registros oficiales.
Aún así, con el peso que cargó en su momento y pese a las adversidades que la vida le puso en el camino, Paco Cuéllar nunca perdió su optimismo y esa cualidad que a pocas personas se les da: su buen humor.
Paco y su familia enfrentan en estos momentos una amenaza urdida desde la oscuridad por fuerzas anónimas e inescrupulosas. Esas que también han tratado de sembrar en todo Tamaulipas un clima de polarización en una sociedad ya de por sí lastimada por tantos años de violencia y de terror.
Una perversa y mal intencionada publicación en redes lo ha obligado a partir de su tierra y a buscar protección en otra parte. Tanto él, como Rosy e Ilich, son víctimas de un acto de intimidación que no se puede pasar por alto a la luz de las terribles experiencias que aquí se han vivido.
Sin embargo, gracias el apoyo de organizaciones como la Red de Mujeres Periodistas y Artículo 19, Paco y su familia han logrado obtener el suficiente respaldo y protección para poder hacer valer la justicia y que se investigue de fondo lo que en realidad sucedió.
Por lo pronto como empresa y como amigos de siempre externamos todo nuestro apoyo para Paco, Rosy, Ilich, Elian, Diego y Paquito.
Y obviamente todo nuestro afecto.
En Veracruz van 19, aquí van 11
Poco más del 25 por ciento de los asesinatos de periodistas en México, sucedieron en Tamaulipas y Veracruz. En el gobierno de Javier Duarte, por ejemplo, fueron 19 los compañeros asesinados frente a los 11 de Tamaulipas en el sexenio de Egidio Torre Cantú.
La lista de compañeros en Tamaulipas es la siguiente:
Miguel Ángel Domínguez Zamora, (Reynosa); Pedro Argüello (Reynosa); David Silva (Reynosa); Jorge Rábago Valdez (Reynosa); Carlos Alberto Guajardo Romero (Matamoros); María Elizabeth Macías Castro (Nuevo Laredo); Zane Plemmons (Nuevo Laredo); Mario Ricardo Chávez Jorge (Victoria); Benjamín Galván Gómez, (Nuevo
Laredo);Adrián Gaona Belmonte (Reynosa) y María del Rosario Fuentes Rubio (Reynosa).
Carlos Guajardo por ejemplo, se encontraba cubriendo la nota roja, para su mala suerte, el mismo día que la Marina decidió capturar al capo Tony “Tormenta” en Matamoros.
En un fuego cruzado entre delincuentes y marinos Carlos perdió la vida. El caso de nuestro compañero de Expreso en esa ciudad fronteriza aún no da señales de luz y lejano está el día en que se haga justicia por su muerte.
En esta semana la Comisión Nacional de Derechos Humanos rindió un informa asegurando que el 90 por ciento de las agresiones contra periodistas quedan impunes. En el caso de los compañeros tamaulipecos, ninguno de los casos se han esclarecido en su totalidad.
Al final es la corrupción…
El jueves quedará grabado para la memoria de los habitantes de Tampico. En muchos años no habían sufrido
Y la cifra es alarmante: en un día llovió más del 20 por ciento de lo que llueve todo el año. Pero la lluvia no sólo inundó calles, casas, sembró el caos en todas la vialidades y generó cuantiosos daños que afectaron también a cientos de automovilistas. La lluvia también desnudó que los proyectos llevados a cabo
en las pasadas administraciones no sirvieron de nada.
Aunque se invirtieron millones en la materia, como en el hidrotúnel de la colonia Martock cuyo monto asciende los 200 millones de pesos gastados, los compañeros de La Razón han consignado los constantes desperfectos que generó, como en el caso de los hundimientos que incluso afectaron a terceros.
El principal beneficiario es nada más y nada menos que Eduardo Vela y sus constructoras Grupo Desarrollo de Tamaulipas y Aryve, empresas que pertenecen al selecto grupo de beneficiadas en el sexenio local que acaba de terminar y por el gobierno federal de Felipe Calderón Hinojosa y de Enrique Peña Nieto.
Hoy, las obras llevadas a cabo por ambas constructoras no solo han dado de qué hablar por los hundimientos, las inundaciones demuestran la poca funcionalidad del hidrotúnel.
Sería pertinente hacer una revisión de otra obra a cargo de Eduardo Vela, el Hospital Canseco, entre otros, y revisar a fondo el uso del presupuesto.
Es una tarea que tiene pendiente la Secretaria de Obras Públicas Cecilia del Alto, la de supervisar licitación por licitación el uso del presupuesto, y no sólo a Lalo Vela, también a otros constructores como Luis Alfonso de la Garza, Pedro Luis Valdez y Rolando Cantú Barragán.
Sería pertinente además para hacer un recuento del destino que tuvo el presupuesto cuando el estado mantiene una deuda que supera los 17 mil millones de pesos.
Midiendo las aguas
En la arena política nacional, esta semana le tocó a Ricardo Anaya ser blanco de los ataques que por meses han recibido figuras políticas nacionales. Ya le tocó a Andrés Manuel López Obrador en un reportaje del Wall Street Journal, a Enrique Ochoa con la liquidación que recibió en la CFE y a Osorio Chong por el
desvío de recursos destinados a los penales que se utilizaron para comprar coches de lujo.
Si la relación ingresos gastos de Anaya es cuestionable y la omisión en la declaración patrimonial de AMLO puedes despertar suspicacias, son más preocupantes los señalamientos a Ochoa Reza y a Osorio Chong debido a que LOS señalamientos involucran el presupuesto público.
Ya todos los posibles presidenciables recibieron la embestida mediática, menos los Calderón Zavala.
A la ex pareja presidencial que ambiciona volver al poder ni siquiera les han señalado el gasto desproporcionado y bajo sospecha, realizado para construir la Estela de Luz en Reforma, una obra en la que se gastaron más de cuatro mil millones de pesos.
Por no hablar de las muertes, las desapariciones y los abusos a los Derechos Humanos, en el sexenio de Felipe… y los gastos ridículos que se realizaron en materia de Seguridad Pública, como el detector molecular que involucró a México en un fraude internacional.
¿Gozan los Calderón Zavala de un trato especial?
