CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque el complejo proceso de divorcio en el que se encuentran inmersos los actores Brad Pitt y Angelina Jolie llegó a un punto de entendimiento el mes pasado, cuando ambos acordaron someterse a un arreglo temporal por el que la actriz mantenía la custodia física de sus seis hijos mientras su ex pareja disfrutaba de un régimen de visitas tuteladas por un terapeuta, ahora la famosa artista ha dado a entender que la armonía que parece reinar en torno a este asunto no implicará en ningún caso que esté dispuesta a dar su brazo a torcer para acabar compartiendo la tutela.
Según publica el portal de noticias TMZ citando fuentes del entorno de la actriz, Angelina se mantiene firme en su posición de que ella debe ser la única responsable legal del bienestar de sus hijos, hasta el punto de que ni siquiera estaría dispuesta a permitir que Brad pueda visitar a los niños sin supervisión de ningún tipo hasta que no haya solventado sus aparentes problemas para controlar la ira. Hay que recordar que el detonante que habría llevado a la actriz a tomar la decisión de presentar el divorcio residiría en un supuesto incidente a bordo de un avión durante el cual el actor habría agredido verbal y físicamente a su hijo Maddox.
Precisamente de las consecuencias legales que pudieran derivarse del presunto altercado protagonizado por el actor de Hollywood -un asunto del que se está encargando el FBI y al que recientemente se sumó otra investigación de los servicios sociales del condado de Los Ángeles sobre otros casos de conducta violenta que habría exhibido el intérprete- dependerá la posición final que adopte Angelina sobre este tema, que podría variar sensiblemente en función del grado de responsabilidad que se atribuya a Brad sobre esta polémica.
Hace unas semanas, dos agentes de la agencia federal interrogaron durante varias horas a Angelina y a algunos de sus hijos para obtener información sobre las circunstancias de la supuesta confrontación entre padre e hijo que habría tenido lugar en pleno vuelto, pero aunque la actriz “cooperó en todo lo posible” con las autoridades y ofreció un testimonio exhaustivo de lo que habría pasado, también habría expresado su deseo de evitar a toda costa que el proceso de divorcio acabe transformándose en un litigio mucho más desagradable para ambos.
“Ninguna de las partes quiere que un incidente aislado acabe convirtiéndose en un mediático caso judicial que potencialmente pueda destruir su reputación, ya que ambos son conscientes de que las revelaciones que pueda hacer el FBI y el Departamento de Asuntos Infantiles y Familiares del condado podrían acabar siendo de dominio público y perjudicar a toda la familia por igual”, aclaraba a TMZ una fuente cercana al exmatrimonio de forma reciente.
Con información de Quién