CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- El entrenador de atletismo, Jesús Guerrero Ramírez, es más conocido en Victoria por el sobrenombre de “La Chana”, es desde la época de “Cuerudos” en el ambiente vivo del fútbol en la ciudad.
Sus días de infancia y juventud pasaron en los alrededores del estadio, vivía enfrente de la canchita “Borjas”, en el 19 y 20 Aldama, en la colonia Pedro José Méndez, junto a sus padres.
El sobrenombre de “La Chana” llegó haciendo un favor…
“Cuándo yo era niño, conocí a una señora que le decían doña “Chanita”, ella tenía un hijo que trabajaba aquí en el estadio. Un día, ella enfermó y me pidió a mí, que entonces estaba chiquitillo y vivía en esa vecindad, que le trajera de favor el lonche a su hijo y entonces la gente que trabajaba aquí en el estadio, me comenzó a decir: “Ahí viene Chanita”, y así se me quedó”, dice Jesús.
Sin imaginarlo, aquel niño que hizo su vida en el estadio, ha encontrado en el la gloria.
Comenzó echando porras para “Cuerudos”, luego para “Correcaminos” y justo en un partido de fútbol tuvo la idea de amenizar el partido, se vistió de mujer, se colocó una peluca y se auxilió con los peluches para armar el ambiente futbolero de Victoria.
“Conocí a los “Cuerudos” en la época de Plascencia, luego a “Correcaminos” donde comencé a echar porra y ahora soy la botarga de “Correcaminos”, cuando estaba Armando Arce en la directiva, dicen que estuvieron pensando a quien le daban está chamba y decidieron que yo, un día me hablaron y aquí sigo, quiero que “Correcaminos” esté en Primera División para ser también una botarga de primera”, menciona sonriente.
En la década de los ochentas, cuando el ambiente futbolero estaba al tope en la ciudad, Jesús recorría el estadio sin importar si la zona era sombra o sol preferente.
“Un amigo mío al que le decían “La Lila”, su nombre es Aurelio López, también echaba porra y desde que los “Correcaminos” andaban calentando él se ponía a lado también a calentar, pero el pesaba fácil como 140 kilos, así que la gente se botaneaba de él. El ahora está en Monterrey, tuvo problemas de salud. A él se le ocurrió que yo me pusiera una peluca y a la gente le comenzó a gustar y me seguían, yo echaba porra con casi todo el estadio y eso es difícil. También estaba el señor Carlos Avilés y él fue quien también me ayudó”.
Y así pasaron los partidos con Veracruz, Monterrey y cientos de encuentros que ahora le arrancan hasta las lágrimas al recordar las palabras de los aficionados que le decían: “Si tú no vienes, no hay diversión”… entonces comenzó a sentirse responsable de esa labor y más con los niños que sólo iban a los partidos para verlo.
“Tengo muchas historias de gente que no conozco, platican conmigo, luego quieren que hablen con sus hijos ya grandes que no están en Victoria. A esos jóvenes les da mucho gusto hablar conmigo, me han dicho que fui el primer ídolo de su infancia y eso me da mucho gusto. Hay muchachos que se fueron al otro lado y no
han podido regresar, así que sus recuerdos están aquí”.
A su esposa y sus hijos también se le ocurrieron ideas para amenizar los partidos y otras fueron peticiones de la propia afición cómo el “barrer” las porterías para que ganara “El Corre”.
“En ese tiempo “Correcaminos” tenía cómo dos o tres partidos y no ganaba, a alguien se le ocurrió que yo “barriera” las porterías. Y esa vez pasó una cosa sorprendente, cómo junté hierbas e incienso que yo tenía y que me vengo a barrer la portería de lado sur y barro del penalti, pego en la portería y me meto cómo gol y la gente grita “goooollll” y así lo hice tres veces, el partido era a las doce, de “Correcaminos” contra Atlante y lo van a penalti y lo que ocurre es que el gol entró tal cómo yo lo hice y de ahí la gente agarró más vuelo para “barrer” la portería. Siempre tenía ideas, una vez me traje un perro de peluche y dio la vuelta al estadio, ahí se acabó el perro, pero todos se divirtieron”.
Las mujeres le regalaban la ropa que usaría para la porra, le regalaban los peluches y gran parte de los accesorios.
Lo único que “La Chana” se perdió fue los partidos de “Correcaminos” como visitante, ya que su trabajo como entrenador le impedía viajar.
Hace ocho años acabaron las presentaciones de “La Chana” durante los partidos de fútbol en el estadio “Marte R. Gómez”, ahora le da vida a la botarga de “Correcaminos”, hace cuatro meses recibió un reconocimiento del equipo y cada mañana llega desde Tamatán para seguir entrenando en atletismo y caminata cómo lo ha hecho desde hace 45 años.
Ahora tiene 62 años de edad, y don Jesús es el autor de los éxitos de la selección juvenil en Marruecos, entre ellos Juan Martínez Lara y Rosa Elvira Vázquez, campeona de siete mundiales, sin contar los cientos de corredores recreativos que tienen como entrenador a “La Chana”.