Si existe un clan insatisfecho con la circunstancia de que el PAN de los vientos ha ignorado el pantano del pasado inmediato, eso son los hermanos Chavira. Se trata de una familia que jefatura un grupo político, poseedor de singulares habilidades. Fueron suficientemente visionarios como para brincar al barco más sólido de la oposición, y llegar al poder de la mano de su amigo Cabeza de Vaca.
Los Chavira la jugaron y la jugaron bien. Pero… la principal demanda por la que ellos hayan seguido a las tropas de los vientos, aún permanece insatisfecha. Parece que tendrán que continuar esperando su momento.
El Gobernador panista, los ha premiado con la Secretaría del Trabajo, y hace bien, pues se la rifaron con él. En ese sentido, Cabeza ha sido justo. Ahora los Chavira están ahí, en ese barco que les tocó como recompensa por sus servicios prestados a la revolución azul. Disfrutan la parte de gloria que les corresponde, y se lo merecen.
Pero… en el fondo, algo les sigue incomodando. Una pequeña espina de resentimiento sigue aguijoneando sus corazones: el castigo contra quienes los humillaron y los arrinconaron en la anterior administración sigue archivado, y dicha circunstancia sigue perturbándoles el sueño.
Entre algunos grupos panistas se sabe que, una vez que la alternancia triunfó, lo primero que pidieron los vilipendiados brothers fue que la nueva mano del poder vengara la afrenta sufrida por el hermano mayor del clan, hombre pragmático y empresario emprendedor que se enfrentó en su momento a la
nomenclatura del Tamaulipas Fuerte, con desafortunados resultados.
A estas alturas sabemos que todo en aquel entonces fue de orden político. En realidad, los hechos no fueron lo suficientemente claros como para llevar a la cárcel a Francisco Chavira. Es un hecho que le echaron la maquinaria penal encima. Como se dice coloquialmente, se le bañaron.
Con lo que los Chavira no contaron, es que la impunidad también se puede comprar. Cuando en aquellos tiempos, después de la elección del cinco de junio, le preguntaron al entonces primer bigote de la calle Ocho, cómo salió con sus negocios, el individuo contestó: “Salí tablas”.
En esas tablas, se rumora, ahora han salido bailando los Chavira, una familia de tamaulipecos que podrán ser polémicos, —¿en este momento quién no lo es?— pero que, los patearon políticamente, los humillaron, los deshonraron y los degradaron.
Se dice que los Chavira están esperando pacientemente el surgimiento de alguna huelga o alguna diferencia laboral en los terrenos donde se asientan los pendientes, para aplicar con el debido rigor la mano de la justicia.
Y todo por golpear a la gente. Y todo por joderla, por hacerla sentir que el mundo se le venía encima. Dígame usted, ¿Qué necesidad había de ello? Eso no es usar el poder para construir, eso es servirse del poder para amargarle la existencia a alguien.
Hablo de los Chavira, pero… en diversos escenarios y con diferentes matices, fueron muchos los que sufrieron los embates de la prepotencia.
Rigo realiza una gira de agradecimiento a las bases magisteriales
El nuevo dirigente del SNTE en Tamaulipas, Rigoberto Guevara Vázquez, se encuentra realizando una gira de trabajo y de agradecimiento con las bases sindicales del SNTE en Tamaulipas. Con la renovación de la sección XXX, y la salida del innombrable Rafael Méndez, ha retornado también un clima de mayor unidad y trabajo, entre los miles de maestras y maestros tamaulipecos.
Sin embargo, los tiempos actuales no son como para crear fama y echarse a dormir, sino todo lo contrario: el triunfo electoral de cualquier partido, grupo, planilla, es apenas el primer paso para legitimar el liderazgo, con acciones y alianzas a favor de los representados.
El reto de la actual dirigencia gremial en el magisterio del estado, es justamente ese: consolidar la unidad, en una época de redes sociales y de cuestionamientos, donde el trabajo exige mayor vocación y transparencia, y sobre todo una total apertura para escuchar y solidarizarse con los problemas de las bases.
Escuchar a la gente que está en las aulas, y no dejarla sola. Abrir las puertas del sindicato a la gestión de las bases. Esperemos que Rigo lo haga, pues fue una de las asignaturas pendientes.
Zafra informativa
En la UAT, el rector Enrique Etienne Pérez del Río, acaba de reconocer el trabajo académico de la Unidad Multidisciplinaria de Derecho y Ciencias Sociales. Por cierto, hablando de este tema, recientemente diez profesionistas egresados de la UAT, recibieron un reconocimiento del CENEVAL en la ciudad de México, entre los más destacados del país.