La noticia motivó que muchos personajes priístas se desgarraran las vestiduras y se mesaran las cabelleras.
El motivo fue la reafirmación del ex gobernador Egidio Torre Cantú como Consejero Nacional del Partido Revolucionario Institucional, cargo en el que será formalizado el próximo domingo –si no mete la cola el Diablo a última hora– entre una oleada de rabietas, reclamos, señalamientos, gimoteos y toda suerte de improperios. Todas, manifestaciones desfasadas, trasnochadas. Expresiones de rencor a destiempo.
¿Quién o quiénes de todos los que ahora apuntan con dedos llameantes a Egidio fueron con oportunidad al CEN del PRI a presentar su inconformidad oficial de lo que ahora se quejan?… ¿Quién o quiénes llevaron pruebas con anticipación de la presunta negligencia que ahora argumentan que se cometió en el pasado proceso electoral?… ¿Quién o quiénes denunciaron por lo menos un mes antes el presunto mal manejo presupuestal?
Nadie se atrevió. Nadie tuvo los pantalones ajustados o las faldas bien amarradas.
¿De qué se quejan?… ¿De su abulia?… ¿de su candidez?… ¿de no tener el valor de dar la cara cuando debieron hacerlo para evitar el mal trago que ahora saborean?
Jugaron y perdieron. Pero vuelven a demostrar que no saben perder…
Y ahora, tienen razón
Ayer se dio a conocer una nueva circular, ahora de la Comisión Estatal del Agua, para ser aplicada en los horarios de trabajo de la misma. Como en otros documentos similares contiene una serie de medidas que los empleados deben observar en el cumplimiento de sus labores.
Algunos critican las disposiciones pero en esta ocasión, salvo en un caso, me parece que la autoridad actúa apropiadamente. Le diré el porqué de mi opinión.
Con la excepción de la prohibición de los alimentos, un aspecto complicado para el trabajador por lo difícil y gravoso que le resulta comer fuera de la oficina o trasladarse a otro lugar para desayunar o comer, los otros dos puntos en realidad son producto del sentido común y una norma común en cualquier empleo.
El hecho de que les prohíban utilizar las computadoras oficiales para chatear en redes sociales, bajar videos, ver películas y otras actividades similares,
no sólo es correcto, sino una exigencia, lo cual también se aplica al uso indiscriminado de teléfonos móviles que se han convertido en una auténtica plaga entre secretarias, asistentes, recepcionistas, cajeros y en general toda persona responsable de atender a quien realiza una gestión. Prácticamente todos hemos tenido alguna vez que esperar a que el empleado termine su charla o sus mensajes de “whats” para concluir nuestro trámite.
Ciertamente hay jefes que sólo quieren demostrar que ellos mandan y ordenan sandeces, pero en este caso, ni duda cabe, ellos tienen la razón…
Dinero que hay que “lavar”
Un dato curioso en el ayuntamiento de Tampico. La nueva administración a cargo de la profesora Magdalena Peraza Guerra está incrementando sus ingresos de una manera singular: con dinero “sucio”.
No se espante ni mal interprete lo que escribo. No me refiero a dinero procedente de manejos ilícitos o resultado de operaciones criminales. Nada de eso.
Sucede que para nutrir las urgidas arcas locales la alcaldesa les puso marcaje personal a diversos servicios que manejan ingresos diarios, entre ellos los baños públicos, lo que le arrojó al erario municipal una inesperada pero bonita cantidad de billetes extra que alegremente se embolsaban quienes operaban esos espacios.
¿Qué no son modelo de higiene?… tal vez, pero valen lo mismo…
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