Tras la promulgación de la reforma energética resulta ser la técnica de la fracturación hidráulica o fracking para la exploración o explotación del gas lutitas, un tema muy recurrente por la sociedad en lo general, para los grupos ambientalistas en lo particular; polémico, sí; abordado con desinformación, más; abanderado sin dirección; peor.
Gracias al fracking me adentré al sector energético, después de enterarme que estaban empleando esta técnica a una hora de distancia de –en ese entonces- mi ciudad de residencia: Nuevo Laredo, Tamaulipas. Así fue como en 2011 empecé a documentarme con una férrea oposición, que como periodista pretendía denunciar en su momento. Un poco más informado en mayo de 2012 viajé a Cotulla, Texas, para conocer de cerca esa realidad, entrevistando a los residentes de ese poblado, trabajadores de las petroleras que conforman Eagle Ford Shale, inversionistas y hasta empresarios de la proveeduría local que se beneficiaron del boom petrolero más impresionante del mundo y que estaba en tierras texanas. Gracias a los periódicos de Coahuila, Zócalo; y de Tamaulipas Líder Informativo, Expreso y La Razón; mi reportaje mereció un Premio Nacional de Periodismo por AME. Por consiguiente, no he dejado por un instante
seguirle la huella a este tema.
¿La utilización del fracking es dañina para el medio ambiente? La respuesta es sí. De acuerdo al estudio realizado por las agrupaciones de Nueva York Concerned Health Professionals y Physicians for Social Responsability, que establecen que los impactos en la salud pública con afectaciones, entre otros, como disrupciones endócrinas, malformaciones, problemas respiratorios y cáncer dada la contaminación del aire, el uso excesivo y alarmante contaminación del agua, las emisiones radioactivas; además sismos inducidos por la disposición de las aguas de retorno, impactos de la infraestructura asociada, así como
los riesgos en la seguridad y el aceleramiento del cambio climático.
Recientemente un grupo de habitantes de San Fernando, Tamaulipas, denunciaron casos de enfermedades por la utilización del fracking en pozos petroleros en la región. Denuncia que interpusieron ante organizaciones relacionados con los movimientos que apoyan a Andrés Manuel López Obrador. Aquí empieza la desinformación a la que refiero, sintetizo los motivos. La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) autorizó a explotar un solo pozo, El Semillal 1, no 120 como ellos denunciaron. Refieren que Iberoamericana de Hidrocarburos S.A. (IHSA) se ha negado a proporcionar en forma oficial en cuantas comunidades rurales del municipio han utilizado fracking, y no lo van hacer porque la legislación local no los obliga.
¿Habrá o no el fracking al noreste de México? Lo dudo mucho que se de en la misma escala que se dio en Texas, pues las condiciones actuales del mercado –ya lo he mencionado en este espacio- está obligando a cerrar los pozos existentes en Eagle Ford Shale, pero lo que sí deberíamos obligar, son a los Congresos Estatales para que legislen sobre esta práctica, caso contrario, de los cinco mil pozos con factibilidad regional pudieran ser una bomba de tiempo cuando vuelva a ser atractivo para el negocio. ¿Usted qué opina?
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