CHARCAS, San Luis Potosí.- El día finalmente llegó… el evento más esperado en los últimos tiempos reunió a miles de personas de más de 15 estados del país, de los Estados Unidos y Europa, que colapsaron las vías de comunicaciones, los servicios de seguridad y atención ciudadana.
Las redes sociales hicieron su trabajo y se comprobó que un chiste puede convertirse en un fenómeno de masas.
En el evento devenido en concierto masivo, se reunieron poco más de 60 mil personas en los terrenos de la Hacienda Laguna Seca, un espacio plano a dos metros de profundidad a modo de lago, donde tres tarimas fueron armadas para ofrecer los bailes y alojar a los conocidos y familiares de Rubí.
La misa, efectuada a las diez de la mañana en una carpa improvisada en los terrenos de Laguna Seca, costó con la presencia de medios de comunicación, familiares y curiosos atraídos por las redes sociales.
Pero desde la mañana de este lunes 26 de diciembre, los automóviles, camionetas y camiones comenzaron a circular por la hoy famosa ruta 63, donde a las dos de la tarde se empezaron a sufrir los estragos de la gran cantidad de automóviles.
Sobre la carretera 57 que comunica a San Luis Potosí con Matehuala se pudieron apreciar carteles sobre los puentes que marcaban con una flecha rosa la dirección del evento: “Fiesta de Rubí” era la señal que las camionetas con curiosos esperaban para llegar al evento del año.
Sobre la ruta se colocaron modelos de información que atendieron a los viajeros, aquí trabajadores de la dependencia de Turismo del gobierno de San Luis Potosí, ofrecían trípticos con un mapa donde se ubicaban los lugares donde se desarrolló la misa, la carrera de caballos y el baile.
Mientras tanto, a 16 kilómetros de la entrada a Laguna Seca, la fila de automóviles comenzaba a colapsar, ya que las patrullas de Seguridad Pública de San Luis Potosí, no se daban abasto con los automovilistas, quienes invadían el carril de regreso para llegar con más prontitud al evento.
La espera en esta fila se prolongó por más de tres horas para poder encontrar dónde dejar el vehículo, la mayor parte a un costado sobre la vía, convirtiendo a esta carretera en el mayor estacionamiento de México.
Durante la carrera por “la chiva de los 10 mil pesos”, la falta de medidas seguridad provocó la muerte de una persona y lesiones a otra, al ser atropelladas por los caballos, uno de éstos fue Félix Peña, un vecino de la comunidad de la La Joya, quien fue arrollado por el caballo “Oso Negro” de la escuadra Coyotes Negros.
Al respecto los parientes de Rubí se deslindaron de responsabilidades al decir que es un hecho lamentable ya que al ser dueño del caballo que corría se emocionó y se acercó demasiado, pero una vez que sucedió el incidente la falta de medidas apropiadas para darle paso a la patrulla fue causa de las pérdidas humanas.
“Fue algo muy lamentable la verdad y esperamos que todo esté bien, es de aquí de la región, en realidad”, expresó Cresencio Ibarra.
Una vez llegada la noche, la cantidad de personas que ingresaron al centro se multiplicó, lo que saturó los servicios de los nueve baños móviles que se colocaron para brindar el servicio a más de 60 mil personas.
Uno de los productos que no escasearon fue la cerveza, donde el precio del six llegó a los 150 pesos, cifra que no mermó la compra entre las personas que acudieron al evento del año, como lo llamaron muchos de los asistentes.
Así lo que comenzó como una broma en internet que se convirtió en un fenómeno viral, terminó en una experiencia inolvidable para una región poco acostumbrada a las muchedumbres. Una vez más quedó comprobada la fuerza de las redes sociales.