CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La prevención de delito en territorio tamaulipeco está en el aire. La cancelación del fondo nacional del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred) y la reestructura en el gobierno de Tamaulipas están por desaparecer las acciones deportivas, culturales, artísticas y de recuperación de espacios públicos que subsidiaba la Federación.
Desde el 30 de septiembre -un día antes de la toma de protesta de la nueva administración- el titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG), César Verástegui Ostos, lamentó la eliminación de la bolsa económica. “A nivel nacional le quitan todo el dinero a la prevención del delito. Tenemos confianza en el secretario de Bienestar Social para que supla estos recursos con acciones contundentes que den el mismo resultado o mejor”, dijo en la presentación del gabinete en Tampico.
Empero, la eliminación del recurso federal no es el único obstáculo. La reestructuración de la administración estatal no contempla mantener la Dirección de Prevención del Delito y Participación Ciudadana en la debilitada Subsecretaría de Derechos Humanos. En cambio, el área fue delegada al titular de la Subsecretaría de Operación de las delegaciones del sur del estado de la Secretaría de Bienestar Social (Sebisol), Ernesto Ferrara Theriot.
El titular de la Sebisol, Gerardo Peña Flores, expresó que su equipo todavía plantea los posibles programas que ayuden a reconstruir el tejido social y paliar el origen y las causas de la violencia. A pregunta expresa sobre el futuro económico para la prevención del delito, el reynosense se limitó a decir que revisan los presupuestos. A la par, adelantó, la firma de convenios con asociaciones civiles, con la iglesia católica y la cristiana, con universidad ayudará a cubrir
la falta de dinero.
“El objetivo es que nuestros centro de paz y bienestar tengan permanentemente diplomados, certificaciones y talleres, donde la gente encuentre espacios de armonía en donde se le de información en positivo y contagiarlos para que salgan a las colonias y, en el buen sentido de la palabra, contagiar a la sociedad”, comentó Peña Flores.
En noviembre -ya eliminado el fondo del PEF-, el subsecretario Ferrara Theriot declaró que buscaría sumar al Pronapred a los municipios de San Fernando, Ciudad Madero, Altamira y El Mante. “Estamos analizando con la Subsecretaría de Prevención, para ampliar más polígonos en el estado para recibir apoyos federales”. El funcionario estatal tiene reunión en la Segob la próxima semana.
Una corta y millonaria historia
El Pronapred fue presentado por el presidente de México, Enrique Peña Nieto, como una acción que distinguiría su administración de la anterior, exactamente de la estrategia de enfrentamiento a los cárteles delincuenciales aplicada por el panista Felipe Calderón. “Vamos a enfocar los esfuerzos institucionales para atender las causas del fenómeno delictivo y no sólo sus consecuencias”, dijo en diciembre de 2012.
De 2013 a 2016, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) destinó 9 mil 987 millones de pesos distribuidos en 211 demarcaciones. En cada municipio se precisaron los polígonos para aplicar el dinero, mediante una fórmula con indicadores poblaciones y delictivos que indicaba las colonias o sectores problemáticos.
Los miles de millones de pesos servirían, determinó el gobierno federal, para acciones de mejoramiento del entorno urbano, impulso de las empresas sociales y construcción de una ciudadanía responsable y solidaria. El seguimiento de los trabajos lo llevaría una comisión intersecretarial integrada por investigadores, funcionarios y sociedad civil.
En 4 años, la Secretaría de Gobernación (Segob) otorgó 407 millones 699 mil 763 pesos para el desarrollo de actividades en los municipios con mayor índice de violencia -parámetro definido mediante la cantidad de homicidios dolosos por año-. Empero, en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017 ya no apareció la partida nacional.
De acuerdo al portal “Nos mueve la Paz” -herramienta de transparencia del Pronapred-, en 2014 y 2015 se realizaron 509 acciones en territorio tamaulipeco. A pesar de que el subsidio operó 4 años, la página de Internet solo muestra los resultados de dos años.
En el periodo referido, la administración estatal recibió 227 millones 832 mil 935 pesos, de los cuales todavía no se justifica el gasto de 40 millones 762 mil 693 pesos. Los municipios beneficiados fueron Nuevo Laredo, Reynosa, Victoria, Matamoros y Tampico.
El recurso fue distribuido a la Dirección de Prevención del Delito y Participación Ciudadana de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Tamaulipas. La titular del área fue Consuelo Terán Rodríguez quien se coordinó, principalmente, con los responsables de cultura, deporte y desarrollo social.
El informe “Prevención del delito en México. ¿Cuáles son las prioridades?” elaborado por el centro de análisis México Evalúa, apunta que las acciones más frecuentes aplicada en Tamaulipas fueron eventos artísticos y culturales.
El Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) organizó talleres y jornadas en los polígonos de Reynosa, Matamoros, Victoria, Río Bravo y Tampico.
Bajo el cobijo del Pronapred se desarrolló el Sistema Tamaulipeco de AgMusicales Comunitarias (STMC).
La falta de decisión sobre si habrá o no un plan estatal de prevención del delito pone en riesgo el acercamiento a la música de aproximadamente 550 niñas y niños de 6 municipios, entre otros proyectos de inclusión social que buscan borrar la cultura delincuencial que se propaga por la entidad.
El coordinador del programa de seguridad de México Evalúa, Jonathan Furszyfer, señaló como un error la eliminación del fondo del Pronapred.”Simplemente se abandonó. Si no está en el PEF, es muy fácil de asumir que va a desaparecer. Pero ni siquiera eso nos han dicho”.
Cortan recursos: Dejan burocracia
Pese a que el fondo del Pronapred ya no existe, la burocracia de la Subsecretaría de Prevención y Participación Ciudadana, a cargo de Alberto Begné Guerra -fundador del Partido Socialdemócrata-, continua.
De acuerdo al decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017, el área dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob) ejerce 48 millones 161 mil 842 pesos. El 34 por ciento se destina a gastos personales, 17 millones 424 mil para gastos de operación y 14 millones de pesos para “otros” de gasto corriente.
El subsecretario Begné Guerra mantendrá su sueldo mensual neto de 132 mil 583 pesos, más prestaciones. Además, la Subsecretaría cuenta con 4 directores generales que perciben 119 mil pesos mensuales cada uno; un jefe de unidad, de 130 mil pesos. El organigrama suma 209 funcionarios, entre directores, subdirectores, jefes de departamento, coordinadores, secretarios técnicos y asesores.
La corta historia de la Subsecretaría de Segob ha estado marcada por las renuncias y reacomodos. El primer titular fue el político y asesor de la campaña de Enrique Peña Nieto, Roberto Campa Cifrián. Durante su gestión impulsó el Pronapred y transparentó, través del sitio nosmuevelapaz.org, más de 8 mil documentos financieros sobre las operaciones del Programa Nacional de Prevención.
Sin embargo, en marzo de 2015 la subsecretaria de Derechos Humanos, la panista Lía Limón, renunció para ser candidata plurinominal a diputada federal por del Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Roberto Campa fue el sustituto y la dependencia de prevención quedó sin titular durante 6 meses.
En septiembre, el presidente de México eligió al exdirigente del Partido Verde, acusado de múltiples delitos electorales, Arturo Escobar y Vega, para ocupar el cargo en la Subsecretaría. La sociedad civil protestó y dos meses después renunció al puesto.
Una vez más la subsecretaría quedo acéfala durante 3 meses. En febrero de 2016, Alberto Begné recibió el nombramiento. Ese mismo año, la Secretaría de Hacienda redujo 20 por ciento el Pronapred. En septiembre, la propuesta de PEF no incluyó el Programa Nacional de Prevención, decisión que aprobaron sin discutir los diputados federales.
Orquestas infantiles integran y armonizan
“La música es una herramienta de transformación social para lograr la integración familiar, la regeneración del tejido social y lograr el cambio que nos hace bastante falta en la comunidad”, dice con firmeza el violonchelista David Pesina. El joven músico es director y coordinador de la Orquesta Sinfónica Comunitaria de Tampico; agrupación integrada por poco más de una centena de niñas y niños tampiqueños, maderenses y altamirenses.
Los infantes y adolescentes sureños son parte del Sistema Tamaulipeco de Agrupaciones Musicales Comunitarias (STAMC), integrado por 550 menores de edad de San
Fernando, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros, Victoria, Tampico y El Mante; medio millar de tamaulipecos que cambiaron su vida por medio de la música.
El STAMC es una de las acciones que se financiaron con el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia (Pronapred). Tras la cancelación del fondo económico se desconoce si la administración mantendrá la colaboración con los infantes, padres y docentes.
Los 550 menores de edad integran las 9 agrupaciones musicales comunitarias de Tamaulipas. Los primeros grupos fueron la Orquesta Sinfónica y el Coro Infantil y Juvenil, ambos de Reynosa. Éstos se echaron a andar con el sistema Núcleo Comunitario de Aprendizaje Musical (NUCAM) en 2008.
A partir de 2013, bajo el cobijo del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) de la Secretaría de Cultura, se crearon las bandas de Nuevo Laredo y San Fernando y el coro nuevolarendese. Al observar el desarrollo de los proyectos, el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes (ITCA) gestionó dinero para crear nuevas agrupaciones ante la Dirección de Prevención del Delito y Participación Ciudadana.
En 2015, con el fondo económico del Pronapred y una partida extraordinaria estatal se crearon los coros de Reynosa y El Mante, la banda de Victoria, la orquesta de Tampico, el ensamble de percusiones de Matamoros y se contrataron maestros para la banda de San Fernando.
Todas corren peligro de desaparecer.
Agente de cambio
La Orquesta Sinfónica Comunitaria en Tampico se planeó para la colonia Solidaridad, Voluntad y Trabajo, mejor conocida como “La Borreguera”; uno de los polígonos de atención prioritaria en Tampico establecidos por el Pronapred. Sin embargo, el director de la escuela sede del proyecto no aceptó el programa, cuenta Pesina.
La segunda opción fue llevar la orquesta al otro polígono, en la colonia Tancol. En ese sector se eligió la primaria ‘Fernando San Pedro’. La casualidad benefició al proyecto; la directora de la escuela Beatriz Sosa García era músico y no puso ninguna traba. David
Pesina -quien fue elegido mediante una audición-, repartió volantes, pegó carteles e invitó a alumnos de las escuelas cercanas a unirse a la orquesta.
“Al inicio fueron 47 niños con sus papás. Desde el primer día llegaron más niños y hasta la fecha llegan más”, cuenta David Pesina. Entre más niños e instrumentos se sumaron requirieron un salón. El Espacio Cultural Metropolitano “Metro” de Tampico les dio un área para resguardar la sección más voluminosa, la de percusiones.
En un año de trabajo y con el apoyo de los directores Felipe López Guevara y María Virginia Mendez Segura, la dinámica de enseñanza se concentró en la escuela; solamente los percusionistas -a falta de un lugar amplio- acordar tomar las lecciones cada sábado en el centro cultural. Cada vez que la orquesta completa ensaya se trasladan al recinto de gobierno.
“Los instrumentos siguen en el ‘Metro’. Los padres de familia empezaron a construir una bodega en la primaria. Las mamás y papás han hecho actividades para recaudar fondos para el espacio y ya guardar los Instrumentos y los 81 atriles. El plan es mudarnos a la escuela porque necesitamos desarrollar las actividades
en un solo lugar”, apunta el director.
Actualmente el proyecto de bodega en la primaria “Fernando San Pedro” cuenta con paredes y carece de lo más costoso: el techo y el mobiliario. Además, los padres compran los insumos del grupo, como son las cuerdas, las cañas, las boquillas, pagan la restauración y el mantenimiento de los instrumentos. Tan solo en
diciembre invirtieron 8 mil pesos en materiales que durarán, a lo mucho, un par de meses.
Las complicaciones económicas y de espacio han servido para que las madres, los padres y los músicos demuestren su compromiso con la orquesta. Justo en estos gestos es donde se comprueba que la música es un agente social que transforma y une, reflexiona el director de lospequeños que han ejecutado piezas como El Navegante de José Sierra Flores, el repertorio clásico como Shostakovich y composiciones de Arturo Márquez.
“Hay padres que son vecinos o conocidos de la escuela pero que a partir de la orquesta hicieron lazos de amistad con el fin de que la orquesta siga. En los niños, el último caso es una niña que tiene un problema de estrabismo y era víctima de acoso escolar, por lo que la cambiaron de escuela en dos ocasiones. La mamá me dijo que la actitud de la niña mejoró. Ella toca el cello y sus compañeros de sección la tratan super bien”, dice el violonchelista.