CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- A pesar de las inversiones millonarias en proyectos de salud, la mayoría de las 70 unidades médicas y clínicas de Tamaulipas no tiene equipo, suficientes medicinas, médicos generales ni especialistas para atender la creciente demanda de servicios en el estado.
De acuerdo con datos consultados en las bases la Secretaría de Salud Federal del Issste, el servicio es limitado y de mala calidad.
Los doctores expresan desde el anonimato, las presiones que enfrentan diariamente al atender a una gran cantidad de pacientes en poco tiempo y sin contar con el equipo necesario para realizar su trabajo.
De acuerdo a los estándares de calidad en servicio, un médico general debe consultar un paciente por hora y un especialista, dos personas por hora..
Sin embargo las carencias provocan que los médicos generales saturen sus horas de trabajo. Como ejemplo, un doctor del ISSSTE trabaja ocho horas donde atiende hasta 32 pacientes lo cual redunda en una mala evaluación.
Lo peor ocurre los fines de semana, cuando falta personal médico y de enfermería para atender consultas y hospitalización.
Esta problemática ha sido denunciada por el sindicato de la Institución que admite fallas.
El origen de todo es que la infraestructura de salud, está vieja, aunado a la carencia de equipo y personal.
En Reynosa , su clínica tiene 43 años de haber sido construida y el hospital de Tampico 47 años, por lo que urgen nuevos hospitales.
Las clínicas del ISSSTE han empezado a ser remodeladas, principalmente la de Tampico y de Victoria luego que desde hace más de 40 años no recibían ninguna atención.
El IMSS realiza esfuerzos ‘extras’ por atender una demanda de derechohabientes que supera la capacidad de médicos y personal contratados.
En la institución laboran 12 mil trabajadores para atender a un millón 600 mil derechohabientes .
Sólo el ISSSTE y el Seguro Social atienden a poco más de 2 millones de derechohabientes en sus 42 clínicas y hospitales.
En esos nosocomios se requieren médicos generales, enfermeras y especialistas necrólogos, anestesiólogos, cardiólogos y urólogos.
En el seguro el sueldo mínimo que se paga es de dos mil 400 pesos por quincena a intendentes; un jefe de área recibe cinco mil pesos por quincena, en tanto que un médico general recibe un sueldo promedio de 10 mil, por jornadas de trabajo que van de seis horas y media, a ocho.
En sus clínicas se ha trabajado para reducir de 25 minutos a 12 el tiempo que se destina para diagnosticar a un paciente.
Faltan 500 médicos y enfermeras
De acuerdo con el Gobierno de Tamaulipas, anualmente se destinan poco más de cuatro mil 400 millones de pesos en el tema de salud, lo que corresponde al
12 por ciento del presupuesto de los últimos cuatro años, para atender programas y necesidades de 22 hospitales.
Sin embargo no han podido ‘sanar’ una de las principales carencias en el sistema tamaulipeco que es la falta de médicos especialistas, ya que se necesitan cubrir 500 plazas en las clínicas y hospitales a cargo del Gobierno de Tamaulipas, la mayor parte de estos en la franja fronteriza.
Lo anterior fue dado a conocer por la Secretaría de Salud Lydia Madero el 13 de enero pasado, por lo que agregó que se dará prioridad a los médicos que sean oriundos del estado para asignar los puestos de trabajo.
“Existe un programa para fortalecer la participación y el aumento de especialistas que se queden en Ciudad Victoria, por que existen varios que están trabajo, que hacen su internado en Tamaulipas y se van a otros estados cuando terminara su especialidad”, dijo Madero.
Radican 39 quejas ante la CODHET
La falta o la negativa de servicios médicos es una violación a los derechos humanos y, por esta razón, en 2016 la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Tamaulipas dio entrada a 39 quejas por fallas en la atención en 17 clínicas del estado.
La mayoría de las quejas se presentaron en contra del Hospital General Dr. Norberto Treviño Zapata de Victoria y la Secretaria de Salud., con ocho casos cada una, seguidos por el Hospital Alfredo Pumearejo en Matamoros.
Le ‘trozan’ el intestino por error médico
Deyanira Moreno Bello acudió al Hospital General de Ciudad Victoria, para someterse a una operación de vesícula por laparoscopia, procedimiento sin riesgo mayor cuya intervención tiene una duración de dos horas, pero la cirugía duró más de 18 horas y tuvo a la paciente al borde de la muerte.
El caso de negligencia es atendido por el organismo Contra las Malas Prácticas Médicas Marcia Verastigua donde se asienta que un día después de la operación, dos mangueras salían del abdómen de la señora Deyanira para drenar líquido .El doctor que la operó le dijo que era una de las personas que representan el uno por ciento de la población que nace con deformación en la vesícula.
A diez días de la operación es dada de alta . Pero siete días después Deyanira Moreno empezó a sufrir fiebre, signos de debilidad y cansancio.
Tres días más tarde es atendida por otro médico en León en Guanajuato, donde vive la mamá de Deyanira donde nuevamente es operada y el doctor halla líquido biliar en el abdomen de Deyanira, sin encontrar una deformación.
Para entonces la paciente y su familia habían gastado 350 mil pesos, entre medicamentos y en la segunda intervención para corregir una fisura que se le causó en la primer operación en el intestino delgado.
Antecedentes
350 a 400 quejas se presentan por año ante Arbitraje Médico por mal servicio
ISSSTE y sector privado los más denunciados
50% son contra clínicas particulares
Mal procedimiento quirúrgico son las principal causas de denuncias.
El calvario
El calvario
Las filas empiezan antes de las seis de la mañana los últimos lunes de mes, en la clínica del ISSSTE es posible encontrarse con maestros jubilados, policías estatales o incluso personas que a unas horas de ser operados tienen que conseguir sus medicamentos.
Para Roberto Hernández, un maestro jubilado de 79 años, cada fin de mes pasa de cuatro a cinco horas para poder obtener medicamentos que controlan su diabetes, hipertensión y problemas intestinales.
“Desde las cuatro y media de la mañana me levanto para venirme acá, llego como a las cinco y media, pero hay que esperar, la otra vez llegué a las seis, me fui de aquí ya casi las doce, de hecho me tuve que sentar por ratos en una banca porque no podía” dijo el señor Hernández.