Recurro, rememoro y es imposible evitarlo. Emular la letra de un tango que a los argentinos nos suena en el oído y que a pesar del tiempo (lo escribió un visionario, Enrique Santos Discépolo en 1934) no pierde vigencia, a casi 100 años. El tango se llama Cambalache (si tiene chance lo escucha ahora que se puede en internet y reflexiona).
En el final dice entre otras cosas: “Qué falta de respeto, que atropello a la razón, cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón”.
Y digo qué falta de respeto de quienes ocupan cargos al frente del deporte del estado y de los diferentes municipios. No quiero entrar en la polémica de cómo llegaron a su función. Me interesa señalar sobre sus planes y proyectos que tienen para el trienio o sexenio, cualquiera sea el caso.
En la crónica del deporte de Tamaulipas hay grandes referentes, fieles protectores de la historia, memoriosos, estadistas y sobre todo con un tremendo anhelo de ver despegar al estado en sus diferentes disciplinas, no sólo en lo competitivo, sino en la infraestructura, en las unidades.
Hacemos un ejercicio rápido, y veremos que a cinco meses de asumir en sus cargos ni Carlos Fernández al frente del Inde (Instituto del Deporte), Santos Lozano Cedillo en Matamoros, Fernando Escobar de Tampico, Ricardo Pontvianne de Madero, Laredo y Reynosa, no han sido capaces de ‘armar’ un propio proyecto.
Y en cierta manera se pueden justificar al decir que deben ajustarse al presupuesto para hacer sus planes. Pero esa no es la idea. Vivirán a la sombra del ‘patrón’, gobernador y alcaldes, para ver qué se hace.
Es más, me arriesgo a decir que ninguno ha recurrido a los referentes de la crónica del deporte para contemplar ‘sueños’, para saber de primera mano qué se necesita. Cuál es la prioridad.
Están hechos al vapor, cualquiera sea el color. Es más, llegan después del juego de ‘escondidas’ de que es uno, que es otro, una retrógrada práctica política que se repite después de cada elección. La clara muestra de ello es que ayer en Madero recién nombraron a Rico Pontvianne.
Pero es peor aún, se sientan al sillón y son los más ‘chingones’ del planeta. No tienen la humildad de consultar a quienes a diario gastan la ‘suela de sus zapatos’ y conocen la realidad de lo que pasa en el área.
Están acostumbrados o mejor dicho malacostumbrados a ‘utilizar’ la prensa sólo para entregar boletines.
Este jueves por ejemplo, con el populismo a flor de piel, autoridades del estado hicieron una especie de consulta en el Centro de Convenciones Mundo Nuevo, para dar ‘minutos de fama’ a promotores de Matamoros, en la que éstos presentaban sus puntos de vista, proyectos (muy respetables) pero no necesariamente lo deben hacer un escenario para gritar a los cuatro vientos lo que piensan y quieren.
Hay formas señores. Hay mesas de trabajo donde es imperdonable que no tengan a los cronistas referentes. Donde todos conformen un plan para la ciudad y el estado.
Debe ser el momento en que comiencen a tener en cuenta ciertas cosas. Y no es una amenaza, es una preocupación. Que no se les pase de noche, porque a Carlos Fernández, a Santos Lozano, a Fernando Escobar y demás, les comienzan a caer las primeras sombras de la tarde. Y esa es una buena advertencia.
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