10 abril, 2025

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Levantan escuela vendiendo tamales

Hace más de veinte años que la maestra María Felipa Ibarra Perales inició su labor en el plantel de la colonia Primavera… cuando apenas era una palapa… hoy es un centro de estudios de tiempo completo

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Para ser maestro se requiere preparación académica, vocación, y compromiso con la educación, e incluso hay quienes dan el extra, como María Felipa Ibarra Perales, quien junto a sus compañeras vendió tamales para hacer que una palapa se convirtiera en Escuela de Tiempo Completo.

Con tan sólo 35 alumnos, la primaria “Profesora Virginia Abigail Garza López” se fundó en 1996 en la colonia Primavera, contando con una palapa con
ventanas rotas y mobiliario reciclado, donde trabajaban dos profesores; el entonces director, Antonio Ávalos Cruz, y María Felipa, cada uno atendía a tres grupos.

“Aquí a la Primaria “Profesora Virginia Abigail Garza López”, llegó en el 96, con el compañero Antonio Ávalos Cruz, él como Director y yo como maestra de grupo. Iniciamos los dos en una palapa que nos prestaron aquí en la colonia, eran como 35 niños, yo atiendo primero, segundo y tercero, y el maestro cuarto, quinto y sexto”.

“En realidad recursos no teníamos, no contábamos con nada oficial, el recurso era de la comunidad, en mesas de trabajo, rústicas, igual bancas hechas por los padres de familia de la colonia, un pizarrón viejito que nos donaron de otra escuela, las sillas del maestro y mía eran de la comunidad, de comedores que no servían”. Por la dirección de la primaria también pasaron las maestras Dora Antonia Álvarez Meza, y Rosalva Huerta Castañón, quienes junto María Felipa, organizaban actividades como bingos, kermeses, e incluso venta de tamales que las madres de familia
preparaban y las maestras salían a vender, para así levantar la escuela.

“Yo trabajaba en una palapita, bien rústica, no tenía nada, vidrios rotos, prácticamente mi carrito era mi biblioteca ambulante. El maestro igual estaba al frente en un cuarto muy chiquito y en malas condiciones”, recuerda la maestra Ibarra Perales.

“En ocasiones los padres de familia realizaban bingos, kermes, y las madres de familia hacían tamales y nosotros como maestras a venderlos. Primero levantábamos pedidos de compañeros de otras escuelas, yo tenía una conocida en la clínica del ISSSTE, y por medio de ella llegaba allí, para obtener el recurso y poder levantar la escuela. Tuvimos apoyo de autoridades, pero a veces no era suficiente, la escuela tenía que aportar”.

El esfuerzo de docentes y padres de familia valió la pena; hoy la primaria “Profesora Virginia Abigail Garza López” es una Escuela de Tiempo Completo, que cuenta con 156 alumnos, divididos en seis grupos, cada uno con su salón propio, un comedor y cancha techada.

Hoy María Felipa Ibarra Perales es la directora comisionada en la primaria “Profesora Virginia Abigail Garza López”, además de desempeñarse como maestra de grupo, un sueño que tuvo desde pequeña, y que la convirtió en una docente con auténtica vocación.

“Decido dedicarme a la docencia porque vengo de familia de maestros, mis tíos, entonces yo desde niña soñé con ser maestra, era maestra porque cuando estaba en la primaria a mi maestra le ayudaba con niños, en segundo y tercer año, la maestra me daba ejercicios para que ayudara por las tardes a los niños que iban mal”.

“Cuando eres maestro por vocación, todo se te da. Empezar con una palapa y ver todo lo que hay ahorita es un logro grandísimo, para mí la escuela ahorita es como si estuviera en un colegio por lo que tenemos, con la ayuda de mis compañeros maestros, y los padres de familia”.

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