CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- A cien años de la muerte del General Alberto Carrera Torres, las autoridades educativas y del municipio realizaron una ceremonia luctuosa en el panteón municipal del Cero Morelos, lugar en donde fue fusilado el ilustre tamaulipeco.
Aquí te presentamos diez datos que quizá no conocías sobre el maestro rural que dejó atrás las aulas de clase para luchar y hacer diferencia en la revolución Mexicana.
Nació el 23 de abril de 1888, en la región serrana del rancho Atarjeas, municipio de Bustamante, hijo de Candelario Carrera y Juana Torres. Su padre transportaba fibra de lechuguilla a lomo de mula a la estación de Cerritos, S.L.P.
Estudió en Tula bajo la dirección del profesor Manuel Villasana, y con la ayuda del hacendado español anarquista Francisco Ibargüengoitia, quien patrocinó sus estudios.
Al convocar Madero a la revolución en 1910, se levantó en armas en la zona limítrofe entre Tamaulipas, S.L.P. y N.L. El 21 de mayo de 1911 se apoderó de Tula e instaló el primer Ayuntamiento maderista presidido por Filiberto Sustaita.
Cuando se firmaron los Tratados de Ciudad Juárez, era el único jefe revolucionario tamaulipeco. Comandaba el “Ejército Libertador de Tamaulipas” integrado por 500 hombres.
Por sus ideas de reivindicación agraria, estuvo a punto de morir y fue encarcelado, pero salió libre gracias a la intervención a su favor de Gustavo A. Madero.
El 4 de marzo de 1913 proclamó su Ley Ejecutiva del Reparto de Tierras, y rebautizó a sus hombres como “Brigada Gustavo A. Madero”.
El 1° de septiembre de 1914, Carrera Torres fue enviado a licenciar a las fuerzas federales de Yucatán y Quintana Roo.
Se dice, que para atraerlo, en su enfrentamiento con Villa, Carranza le propuso fuera gobernador de San Luis Potosí, a lo que Carrera Torres se negó a través de un telegrama.Pasó un año en las cárceles de Tlaltelolco, Guadalajara, Monterrey, y finalmente a Ciudad Victoria, en donde se le formó un consejo de guerra que lo condenó a muerte por órdenes de Luis Caballero Vargas.
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El 16 de febrero de 1917, para ser fusilado, fue sacado de la prisión ubicada en la plaza de armas y obligado a caminar hasta el panteón del Cero Morelos. Fue fusilado a las cuatro de la tarde.
