Una docena de empleados en Ricky’s, una tienda de artículos de belleza en el centro de Nueva York, se reunió debajo de una exhibición de lustrosas pelucas. A su alrededor, planchas para cabello, uñas postizas y estuches de maquillaje estaban apilados hasta el techo. Pero, esta mañana, los empleados se reunieron para informarse sobre un nuevo artículo inusual en los estantes: condones veganos no tóxicos y ecológicos.
Meika Hollender, la cofundadora y codirectora ejecutiva de Sustain Natural, se dirigió al grupo y mostró sus artículos. El látex en los condones de Sustain proviene de una plantación de caucho de Comercio Justo en el sur de India, explicó. La fábrica opera con energía solar. Y los condones están libres de nitrosaminas, posibles carcinógenos encontrados en muchas marcas populares.
“Todos están pensando en los ingredientes en su comida y su maquillaje”, dijo. “Pero nadie está pensando en los ingredientes que forman parte de productos que se ponen en las partes más íntimas del cuerpo”.
Hollender está tratando de hacer en la industria de los anticonceptivos lo que marcas como Honest, Mrs. Meyer’s y Seventh Generation han hecho para los productos de limpieza: lanzar alternativas totalmente naturales de artículos básicos del hogar como pañales, jabón de manos y toallas de papel.
Eso no es coincidencia. Jeffrey Hollender, uno de los fundadores de Seventh Generation, es el padre de Meika y dirige Sustain con ella.
“Mientras crecía, mi sueño era iniciar una empresa de condones con mi papá”, dijo Meika Hollender, de 29 años de edad, al personal de Ricky’s.
Seventh Generation fue un éxito instantáneo, alcanzando los 8 millones de dólares en ventas a los tres años de su fundación en 1988. Pero el mercado para los condones es mucho más pequeño que el mercado para los pañales y jabones. Y tres años después de fundar Sustain, los Hollender están trabajando para superar algunos primeros errores ⎯ y una base de consumo variable ⎯ mientras tratan de hacer que sus eco-condones se vuelvan convencionales.
Jeffrey Hollender, de 62 años de edad, decidió que quería iniciar Sustain mientras estaba en un viaje para surfear. Después de fundar Seventh Generation y alcanzar ingresos de cientos de millones de dólares, perdió el control y fue forzado por sus socios a salir en 2010.
En la playa, contemplando el significado de la vida y lo que debería hacer a continuación, se enfocó en los condones. Los condones, se imaginó, eran un producto que no habían recibido aún todo el tratamiento ambiental. Y sabía que eran un producto inherentemente sustentable, el látex se produce a partir de la sabia del árbol del caucho, un recurso interminablemente renovable.
Jeffrey Hollender quiso llamar inicialmente a la compañía Rain Forest Rubbers. Meika Hollender, que estaba trabajando en la industria de los productos cosméticos, lo convenció de tomar el nombre sugerido por un inversionista: Sustain.
Para dar a los nuevos condones una buena fe ecológica adicional, los Hollender se enfocaron en eliminar las nitrosaminas. Químicos comunes que están presentes en todo desde la carne procesada hasta los globos, se ha descubierto que las nitrosaminas son carcinógenas en dosis altas. Y aunque solo se encuentran cantidades minúsculas en la mayoría de los productos, incluidos los condones, la Organización Mundial de la Salud recomendó que los fabricantes de condones minimizaran las nitrosaminas en sus productos.
La Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por su sigla en inglés) monitorea la presencia de las nitrosaminas en varios productos, pero no las ha prohibido por completo. Como resultado, se encuentran en pequeñas dosis en una amplia variedad de productos.
Los Hollender contrataron a un exempleado de Durex, otra marca de condones, que había descubierto cómo hacer látex libre de nitrosaminas. Y encontraron la plantación de caucho. Finalmente, para el pequeño número de veganos estrictos que tratan de evitar por completo el uso de cualquier producto animal, Sustain retiró la caseína, una proteína láctea comúnmente encontrada en los condones de látex tradicionales.
Pero los condones veganos están resultando más difíciles de vender que las toallas de papel reciclado. Los Hollender se acercaron a más de 25 firmas de capital aventurero en busca de respaldo. Todas ellas dijeron no. En vez de ello, los Hollender han usado su propio dinero y financiamiento de amigos y familiares. Tres años después de fundar la compañía, la ventas han alcanzado el millón de dólares anualmente, y grandes tiendas como CVS y Target están exhibiendo sus productos, pero la marca aún no ha entrado realmente en el terreno convencional.
Con información de El Financiero.