10 abril, 2025

10 abril, 2025

Laberintos del poder

Médico, no policía

Laberintos del poder

Resulta extraña la actitud del médico Xicoténcatl González Uresti, nuevo director del Hospital General de Ciudad Victoria.

No nace esa percepción del hecho que fustiga, en donde en el sentido ético se le debe conceder la razón, sino de los tiempos en que lanza el señalamiento, factor en donde precisamente encuentra cobijo la sospecha sobre éste.

Le diré el porqué de esta percepción.

Apuntalado en un comentario manejado en redes sociales, sin sustento probatorio, el ex candidato independiente a la alcaldía de la capital tamaulipeca, abrió fuego con artillería de grueso calibre contra el nuevo hospital de La Salle. Y ya encarrerado, también contra su director, Jorge Salinas, su antecesor en el puesto que hoy ocupa.

El motivo es una especie de denuncia –insisto, en redes sociales– en la cual se plantea que el hospital universitario supuestamente pide a sus médicos que recomienden a sus pacientes ingresar al mismo o que utilicen sus instalaciones para practicar los estudios clínicos que requieran.

Xicoténcatl se fue a la yugular. Acusó al hospital lasallista de tener un “interés genuino” en el dinero y fue más allá al lanzar una velada amenaza cuando califica lo antes descrito como delito, en un ramalazo que alcanzó al Director de ese centro médico, al dejar entrever que esas son prácticas comunes de Jorge Salinas.

Y le puso nombre elegante, que dice mucho y dice nada: “Dicotomía”.

Si es verdad lo anterior, no hay otra opción que concederle la razón a González Uresti en lo relativo al terreno moral, pero a la par de ese reconocimiento tengo dos reflexiones, una de ellas pregunta.

La primera es que hasta los niños saben que un nosocomio privado tiene como objetivo fundamental ganar dinero y utilizan a la salud como herramienta.

Se crean aquí y en cualquier lugar del país como un negocio y operan sin piedad en ese sentido, alejados totalmente del perfil de una beneficencia, aunque algunos se autonombren así. Por supuesto que tienen un interés genuino en disfrutar de utilidades y aplican la estrategia que consideren necesaria. El médico González lo sabe perfectamente y resulta ocioso que cite esa definición.

Y va la pregunta, sin ánimo de deslegitimar la postura del titular del hospital general “Norberto Treviño Zapata”.

¿Por qué antes, cuando fungió como Presidente de la Comisión Estatal de Arbitraje Médico en Tamaulipas, el doctor González Uresti no se preocupó por investigar y perseguir esas indeseables prácticas, tan viejas como usuales en los hospitales de la iniciativa privada?
Es un hecho.

Para todas esas empresas la chequera es primero y utilizan ese anzuelo con su personal médico y queda a discreción de sus integrantes si lo hacen o no.

Sin embargo, parece haberle pasado de noche a don Xicoténcatl esa irregularidad cuando defendía los intereses de los usuarios de clínicas y hospitales.

Es curioso que hasta ahora cuestiona esa anomalía, en una acción que en la superficie se ve más como una inexplicable satanización del hospital
lasallista y una manera de tomar revancha –vaya usted a saber por qué– sobre Jorge Salinas, quien tal vez se lo merece, porque es respetado como facultativo pero su trayectoria administrativa ha sido históricamente cuestionada y está muy lejos de ser una joya en materia hospitalaria.

Deje trabajar a los lasallistas y ofrecer una alternativa, esperemos que confiable, a los tamaulipecos en materia de salud. Hoy el ex candidato a alcalde es el Director del Hospital General “Norberto Treviño Zapata” y debe recordar que su estancia en la Comisión de Arbitraje, donde sí pudo hacer algo en su momento, ya es historia.

Como ciudadano y como potencial paciente, le expresaría al médico Xicoténcatl González –no al policía– mi total gratitud si logra rescatar a ese nosocomio del grave atraso que sufre en todos los sentidos.

Hágalo doctor y reciba aplausos en donde sí puede cosecharlos…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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