Enrique Olvera tiene permiso para abrir la nueva sede de Pujol, ese restaurante que ha marcado un antes y un después en cuanto al lugar de México en la gastronomía mundial.
La delegación Miguel Hidalgo ha revisado los antecedentes del predio que ahora ocupará Pujol, una casona ubicada en el 133 de Tennyson, y ya dio luz verde para la apertura, programada para el lunes.
Sin embargo, algunos vecinos han manifestado su inconformidad con el nuevo local, pues alegan que Tennyson 133 no tiene uso de suelo de restaurante.
Una revisión del expediente del inmueble hace concluir lo contrario. En ese viaje a los años ochenta se constata que al menos desde 1981 han operado ahí giros mercantiles, el más reciente de ellos fue Cocinas Piacere, que duró más de una década.
Otro documento de esos años, con fecha del 11 de abril de 1988, es la Placa de Control de Uso y Ocupación, que prueba que el uso de suelo es de Servicios, en concreto en la categoría de Estacionamiento y Oficinas.
En esa época, basados en la Ley de Desarrollo Urbano del Distrito Federal de 1976, los usos de suelo se dividían en: I. Habitación, II. Recreación, III. Comercio, IV. Industria, V. Servicios, y VI. Otros Usos. Y en el rubro de Servicios cabían tanto Oficinas como Restaurantes con Venta de Bebidas Alcohólicas.
También en ese mismo año, 1988, el inmueble obtuvo un Folio del Padrón Delegacional, el número 967622, de establecimiento mercantil. Y en 1992, la Miguel Hidalgo refrendó el uso de suelo de Servicios mediante el oficio RZP/491/92.
Finalmente, el expediente incluye un Certificado de Acreditación de Uso de Suelo por Derechos Adquiridos para Restaurante con Venta de Bebidas Alcohólicas y Oficinas, expedido el 16 de noviembre de 1998.
Amparados en esa documentación, los representantes de Olvera solicitaron el permiso delegacional para abrir un local de 30 mesas.
La delegada Xóchitl Gálvez hizo, por su parte, una investigación en los archivos del gobierno central para cotejar la documentación exhibida por el solicitante, y llegó a la conclusión de que el inmueble contaba con el uso de suelo necesario para que alojara al nuevo Pujol.
A pesar de lo anterior, Gálvez ha declarado, en público y en privado (tuve una llamada con ella hace unos días), que el asunto terminará en los tribunales.
La delegada considera que esto acabaría en un juicio lo mismo si daba el permiso que si no lo otorgaba. Explicó que la conclusión de su equipo legal es que al contar con uso de suelo de Servicios queda amparado el derecho al giro de un restaurante. Es obvio que esta redacción es mía y no
compromete a la delegada si en mi afán de sintetizar traiciono los detalles de la argumentación que me dio vía telefónica.
Me temo que a pesar de todo lo anterior, de un expediente que luce sólido y, por si fuera poco, de la ejemplar trayectoria de un personaje que ha dado orgullo a nuestro país, como es Olvera, habrá quien desestime los papeles para montar una campaña que pudiera tener como verdadero objetivo grillar a Xóchitl Gálvez.
Por supuesto que los vecinos están en su derecho de acudir a un tribunal para apelar. Y entiendo que Enrique Olvera no está cerrado a dialogar, papeles en mano, con los quejosos.
Sólo resta hacer votos para que la grilla no secuestre esta iniciativa de un gran chef, quien, por si hiciera falta recordarlo, ha hecho de la
discreción de su local uno de los toques de elegancia del Pujol.
Twitter: @SalCamarena