No son muchas, pero todavía hay algunas cartas valiosas que el PRI podría utilizar para complicarle las cosas al PAN y dificultarle los proyectos de reelección que los panistas tienen en mente para el 2018.
Ya sin un gobernador priista, los procesos de selección de los candidatos priistas a alcalde, diputados, locales, diputados federales y senadores que estarán en juego en la contienda del año que viene serán menos cerrados para los aspirantes de mayor simpatía, quienes esta vez no tendrán necesidad de contar con el aval de un mandatario estatal ni de los compadres y amigos para obtener la nominación
Además, como no hay dinero suficiente y las circunstancias políticas y sociales son adversas para la causa del ex invencible, solamente entrarían a disputar las postulaciones aquellos militantes que verdaderamente son bien vistos por los electores y cuentan con el respaldo de algún mecenas o padrino con dinero que les financie las campañas electorales.
En Tampico, uno de los presuntos interesados en disputar la presidencia municipal en un escenario como ese es el ex diputado Eduardo Hernández Chavarría, quien, en la competencia interna del año pasado se encontraba en el segundo sitio de las simpatías populares, sólo abajo de Magdalena Peraza Guerra.
El ex presidente de la Fundación Colosio de Tamaulipas tiene aún miles de seguidores, especialmente en las colonias del norte a los que representó en la pasada legislatura estatal, posee una imagen limpia y los arreos suficientes, si no para ganar, si para pelear al tú por tú a
quien resulte abanderado del partido blanquiazul.
En Madero el priismo también tiene varios prospectos, sin embargo, en una coyuntura desfavorable en la que los votantes no quieren saber nada del sindicato petrolero ni del grupo político del ex alcalde Guadalupe Galván, una carta que podría rescatar el apoyo de los votantes que le jugaron las contras el año pasado a Humberto Oliva Barreda es la diputada federal Montserrat Arcos Vázquez.
La legisladora es carismática y como no pertenece a ninguna de las fracciones priistas antagónicas, sería una buena opción para recuperar la confianza del electorado y los espacios perdidos en el municipio a causa del distanciamiento del partido con la sociedad, con los propios priistas y los segmentos más desprotegidos.
En el municipio de Altamira, en cambio, priistas como el ex alcalde Genaro de la Portilla y el ex diputado Armando Martínez Manríquez se encuentran más cerca de Morena que del Revolucionario Institucional, sin embargo, harán cualquier cosa para impedir que Acción Nacional siga al frente del gobierno municipal.
El problema que tendrán que enfrentar, no obstante, será la popularidad de la que goza la alcaldesa Alma Laura Amparan Cruz.
Los riesgos latentes que como una espada de Damocles se cierne sobre las cabezas de los probables aspirantes del PRI son las revisiones de las cuentas públicas que, petición del Congreso, realizará en los próximos meses la Auditoria Superior del Estado, ya que si sacan a relucir malos manejos de ex funcionarios, estas se reflejarían negativamente a la hora de las votaciones.
El que, por otra parte, está realizando una labor positiva es el Enlace del Gobierno del Estado en la zona metropolitana del sur, Miguel Gómez Orta.
El contacto permanente que el funcionario sostiene con los alcaldes y representantes de los sectores productivos del área se ha traducido en amplios beneficios para la población, ya que ha facilitado las inversiones, la consecuente generación de empleos y la ejecución de proyectos de desarrollo que coordinadamente impulsan el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y la iniciativa privada para fortalecer la actividad económica en todos los renglones.
En contraste con lo que sucede en la filas del priismo, en el Movimiento Regeneración Nacional el panorama luce promisorio.
Los números lo dicen todo.
En el proceso electoral del el 2015, primer año de vida de la agrupación, MORENA obtuvo el cuarto lugar en la intención del voto y en el 2016 se colocó como la segunda y tercera fuerza electoral en la mayoría de las elecciones locales, caso concreto del Estado de Veracruz en el que es la segunda fuerza política en el congreso del Estado.
Ese mismo año en Tamaulipas consiguió 11 regidurías de igual número de ayuntamientos y una diputación local.
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