1.- Esa mañana el asesor o “Gran Gurú”, llegó a su oficina tan endemoniado como una abeja africana. Traía varios gatos enfurecidos en su barriga y decidió desquitarse, de inmediato, con quien tuviera más a la mano.
2.- Revisó la agenda del día y observó que 5 funcionarios habían solicitado audiencia con el Señor. Enseguida se dispuso a poner en su lugar a esos audaces y preparó su rampa de lanzamiento para tirarles unos cuantos misiles y masacrarlos sin clemencia.
3.- Llamó por la red al primer funcionario y le dijo: “No te va a recibir el Señor, porque fumas puro y contaminas su oficina. Eres un drogadicto. Sin tu vicio no puedes vivir. Te vamos aplicar el antidoping, y hasta que no dejes de fumar no te concederemos acuerdo, el Señor y yo”.
4.- Inmediatamente llamó al segundo funcionario y le expresó: “Te aviso que el Señor no te dará audiencia, porque tú “nomás” vienes a contarle mentiras, puras mentiras. Eres mitómano profesional. Todas las cifras y datos que le has aportado son falsos, y ya nos has causado muchas vergüenzas con tus falsedades. Te has atrevido a contarle mentiras y eso es imperdonable para el Señor y yo”.
5.- Posteriormente llamó al tercer funcionario y le manifestó: “Estoy en el deber de proteger al Señor de todas las personas que lo mortifican y tú eres una de ellas. Cuando vienes a acuerdo sólo te dedicas a contarle chismes e intrigas. Eres un integrante nocivo y perverso. Para ti nadie es inocente y todos somos frívolos y corruptos. Te vamos a tirar a la calle junto con sus cómplices. Estamos fastidiados de ustedes, el Señor y yo”
6.- Acto seguido llamó al cuarto funcionario y expresó: “El señor no te va a recibir hoy y tampoco durante tres meses. Eres un tipo amargoso, negativo y siempre que acudes a acuerdo le echas a perder el día. Te encanta andar diciendo verdades y siempre que vienes te portas claridoso y blasfemo. Te sientes el verdugo moral del régimen, y no voy a permitir que sigas viniendo a contarle verdades al Señor. Tus verdades son amargas, perversas, feas y, además, has ignorado que aquí la única verdad que cuenta es el Señor. Únicamente él es la verdad y la vida, ¡entiéndelo!. Te detestamos el Señor y yo”.
7.- Finalmente llamó al quinto funcionario y le dijo: “El Señor a decidido no recibirte durante lo que resta del sexenio, porque eres un traidor. Un traidor en grado heroico. Tenemos informes de que ya te pasaste al enemigo con todo y expedientes, y andas totalmente encampañado traicionando su confianza. Mejor vete ya con tu candidato, no esperes clemencia de nuestra parte. Cuando el Señor y yo decidamos acuchillarte, ¡no escaparás maldito!”.