A Trump ya no le urge renegociar el TLCAN. Wilbur Ross, su secretario del Trabajo y quien tiene empresas maquinadoras en Coahuila, dijo que las negociaciones van a iniciar a finales de 2017 y durar todo el 2018.
La urgencia que tenía el presidente Donald Trump de renegociar un nuevo TLCAN ya no es tal. Wilbur Ross, el secretario del Trabajo de Estados Unidos, que tiene empresas maquinadoras en Coahuila, declaró el pasado ocho de marzo que las negociaciones entre su país, México y Canadá van a iniciar a finales de 2017 y durar todo el 2018.
Desde la lógica estadounidense la parte final de la negociación tendría lugar después de la elección presidencial en México cuando ya se sabrá quién es el nuevo presidente de México y esté nombrado el nuevo Congreso, que es en junio y también, en principio, después de que en noviembre se celebren las elecciones legislativas en Estados Unidos.
Un día después, el secretario de Relaciones de México, Luis Videgaray, dijo, de visita en Washington, que las negociaciones formales darán inicio a mediados de año y que al final del mismo estarán los primeros acuerdos. Estas fechas e incluso antes son las que más convienen al gobierno, para que no se junten con el proceso electoral. Su lógica es que entre más pronto lo resuelvan mejor. Esa no es la posición de Estados
Unidos. Por lo pronto existen dos fechas distintas.
Todo indica, lo veremos en los próximos días, que se va imponer el calendario que ha dado a conocer la administración Trump. El cambio de posición sobre la urgencia de la renegociación del TLCAN, una promesa de campaña fundamental del candidato Trump, tiene que ver, en opinión de expertos estadounidenses, con las diferencias que existen en el equipo y también entre los republicanos sobre qué negociar, más allá del discurso nacional-populista de Trump.
El que la renegociación final del TLCAN se vaya hasta dentro de dos años, y no sea asunto de meses, para la administración del presidente Peña tiene ventajas y desventajas. De un lado se prolonga la incertidumbre que afecta el precio del dólar y posibles inversiones, pero de otro lado se amplía el espacio para que al interior de Estados Unidos se hagan valer las voces más sensatas y menos ideológicas que se hicieron presentes en la campaña.
En términos del TLCAN todo indica que en los próximos dos años las cosas seguirán igual que en los últimos 22 años. Va a continuar llegando la inversión y se van a mantener en el país las empresas como las que tiene en Coahuila el secretario Ross.
La extensión del tiempo en la negociación va a dar espacio para despolitizarla e inscribirla más en la lógica estrictamente técnica.
Por lo pronto el tema seguirá en los medios, con más o menos intensidad, a partir de hechos específicos, pero sobre todo de los tweets de Trump.
Por lo pronto los tiempos de la negociación se alargan y esto complica el espacio de la política, para el gobierno del presidente Peña. Si se hacen valer los tiempos de Estados Unidos, el tema de la renegociación estará presente en la campaña presidencial mexicana.
@RubenAguilar