En un estado con las tribulaciones de Tamaulipas relacionadas con la inseguridad y sus consecuencias, echar a la basura, ignorar o subejercer, como es el término formal, más de 5 mil millones de pesos es además de una irresponsabilidad hasta un pecado que debería castigarse.
Así es mis queridos boes, para ser exactos se trata de 5 mil 470 millones de pesos con los que se pudieron hacer más escuelas, obras de
infraestructura en el campo tamaulipeco y dar un poco de alivio a la inseguridad, pero que por alguna razón Torre Cantú no utilizó.
El reporte de los estados financieros al 31 de diciembre del año pasado, revela por ejemplo que la Secretaría de Finanzas no ejerció 2 mil 516 millones de pesos, que Obras Públicas desairó mil 532 millones y Educación 709 millones, mientras que los organismos públicos descentralizados perdieron por el mismo concepto 347 millones.
A la lista de dinero no usado, a pesar de que estuvo disponible se suman 28 millones para Seguridad Pública, 13.7 para Desarrollo Rural y otro tanto para la universidad.
¿Cuál fue la razón para que no se dispusiera de ese dinero?, hasta ahora es un misterio, no creo que Egidio vaya a venir a Tamaulipas a explicar sus razones, pero lo primero que se nos viene a la mente es sospechar de la incapacidad del equipo con que se manejaba el ex gobernador y la falta de voluntad de éste para bajar esos recursos, que insisto, ahí estaban.
Alguien podría preguntarse, entonces ¿por qué si Egidio no gastó 5 mil 470 millones de pesos, el gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca comenzó con tantas dificultades económicas que le orillaron a implementar un severo, pero necesario, plan de austeridad?
La respuesta es muy simple y como simple cruel: esos 5 mil 470 millones de pesos no se quedan ahí guardados en las cuentas del Estado, estuvieron a disposición del gobierno de Egidio Torre, pero como decidió no usarlos se regresan a la Federación y entonces la autoridad federal los reasigna.
Así de sencillo, todo ese dinero que tanta falta ha hecho en el arranque de la administración panista y que no se gastó en el 2016 por Torre Cantú no tiene vuelta para el estado, por la negligencia de no haberlos ejercido.
Y obviamente nos preguntamos ¿y los diputados federales que en el 2016 eran liderados primero por Baltazar Hinojosa y luego por Edgar Melhem por qué no dijeron ni pío sobre el tema?
Incluso ahora que la información fue revelada desde hace dos días no hay un priísta con charola de legislador federal que diga ‘esta boca es
mía’ para cuestionar al ex por privar al Estado de los beneficios que dicha cantidad hubiera traído.
Recuerdo por ejemplo que el año pasado miles de madres de familia sufrían a lo largo y ancho de Tamaulipas porque las becas de sus hijos en primarias y secundarias no llegaban, o por la tardanza y hasta cancelación que se hacían de los apoyos alimenticios.
Echemos memoria y recordemos el lloradero de alcaldes que se quejaban de la falta de patrullas para los elementos que tendrían que recorrer sus pueblos para dar seguridad.
De eso estamos hablando, de que mientras todo hacía falta, el dinero estuvo ahí y no se ejerció por el simple hecho de que el gobierno de Egidio Torre Cantú no tuvo voluntad para hacerlo.
Hoy valdría la pena que Melhem, que sigue como coordinador de la bancada priista tamaulipeca en el Congreso federal diera su versión de los hechos o que Alejandro Etienne Llano, quien dirige a la bancada local en el Congreso y que cuestionó el plan de austeridad de Cabeza de Vaca opine sobre lo que su jefe dejó de hacer.
No habrá postura de los priistas, no porque no habría forma de defender un crimen moral
como ese, a menos que de pronto interpongan el interés colectivo que al de grupo político y reconozcan que el ex primer priista de Tamaulipas la regó y muy feo.
Juan García sin Comapa…
Ayer por la noche el Consejo de la Comapa Reynosa nombró a Nestor González Meza como gerente general de ese organismo, luego de más de cinco meses de que Juan García Guerrero fungiera como encargado del despacho.
El tema harto político se veía venir, García Guerrero fue un muy marcado protagonista en el pleito político de la alcaldesa Maki Ortiz contra la administración estatal.
No se medía en sus cuestionamientos al grupo que detenta el poder y que además es de su propio partido. Para muchos la salida del victorense no era más que una caída anunciada.
Hay que esperar a ver cómo le consuela Maki Ortiz, porque lo que es muy evidente es que García Guerrero es muy cercano a la alcaldesa y encontrará acomodo en esa administración o podría dedicarse a los negocios con la lana pública, obra o algo así, que ya sabemos no le disgustan para nada, por lo pronto de la Comapa ya se fue.
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