Le acaban de entregar la medalla del honor y el mérito tamaulipeco a un sacerdote fronterizo, nombrado en el comunicado oficial como Monseñor Óscar Guadalupe Lozano Molina. Todo esto tiene que ver con “los trabajadores católicos de América de Houston, Texas”, el Obispo Sabás Magaña García y la Casa Juan Diego, auxiliar de Migrantes en Matamoros.
A raíz de la llegada de Trump al poder, el tema migrante adquirió un papel relevante en el discurso de la clase política mexicana. Lo que ahora hace el Congreso panista en Tamaulipas, se inscribe en esa temática de enaltecer el virtuosismo redentor de las humillaciones sufridas por la masa mexicana y centroamericana en su éxodo hacia USA. A partir de ahora, la iglesia católica tiene también un lugar en las letras doradas del Congreso. Y de paso, el sexenio de la alternancia le hace un guiño a la iglesia católica fronteriza.
Aunque, no sabemos si haya sido invitado al evento, el obispo victorense Antonio González Sánchez, mismo que ha encabezado marchas por la paz. Y ha presidido mítines multitudinarios en el estadio Marte R. Gómez. Al menos en el comunicado oficial el jefe de la diócesis capitalina no es mencionado. Solo se dice que estuvo el Obispo Eugenio Andrés Lira Rugarcía, y familiares del condecorado.
Y es que al igual que en la política, en la iglesia y sus deslindes espirituales también se da la grilla de las sotanas.
PRI, PAN, PRD: La voraz clase política
Ranchos, casas, cuentas bancarias a nombre de familiares en el extranjero, casonas multimillonarias en el país, residencias de lujo en Estados Unidos, patrimonialismo rampante, abusos de poder, relaciones con el narco, sucesiones de familia y juniorazgos nefastos del poder. Presidentes y ex presidentes corruptos; gobernadores y ex gobernadores amafiados.
Todo lo que le acabo de mencionar, forma parte del explosivo coctel de entramados y complicidades existentes en el país: un lastre enorme, con el cual arribaremos a la elección presidencial. Nuestro sistema político, padece de una enfermedad estructural que deberá ser enfrentada por el próximo jefe de
la nación, a partir del 2018. Ignorarla, será sinónimo de ruina política.
Una cosa sí le digo: suceda lo que suceda, la república ya no puede seguir siendo la misma, ataviada de mansedumbre, simple y sencillamente porque desde hace mucho tiempo, puso la otra mejilla, y ya no tiene una sola parte del rostro libre de agresiones y humillaciones.
Al principio de esta descomposición, en la década de los noventa, había preguntas sin respuesta: hoy esos cuestionamientos se han convertido en sollozo impotente y maldición periférica ante un Estado indiferente, permeado por los poderes fácticos, y sostenido sobre la simulación, las componendas y el cruel amasiato del cinismo, entre la criminalidad y sus instituciones más honorables. Todo esto debe cambiar.
Ya no podemos ser indiferentes ante la voracidad y la ambición desmedida de la partidocracia que incluye por supuesto todos los colores del espectro democrático, en México: imagínese, Alejandra Barrales, la dirigente nacional del PRD, vista como un embrión de los lujos y la corrupta ostentación de la dirigente Elba Esther Gordillo en Miami.
El actual gabinete federal, y sus casas en el exclusivo sector de las Lomas de Chapultepec. Residencias que no bajan de cincuenta millones de pesos.
Contratismos a pasto, como un grotesco símbolo de lo que se puede lograr, a partir de que se arriba a un cargo público. El Presidente y su camarilla, rodeados del paraíso y de plusvalía, mientras la población mexicana, sigue hacinada en las casitas de interés social
Los gobiernos del PAN, presididos por Vicente Fox y Calderón, dieron también una muestra de rapacidad y de corrupción con obras multimillonarias como la Estela de Luz, en el caso del segundo; en lo concerniente al primero, son famosos los contratos de sus hijastros que ahora viven como magos en Guanajuato.
Se dice que en 2018, podría ganar Andrés Manuel López Obrador. No estoy seguro si todo esto va a cambiar. Pero sí creo que, con el llegarían al poder, políticos que tendrían una visión diferente a como hasta ahora se han hecho las cosas.
Recibe el rector Etienne a los de su patria académica
El rector de la UAT, Enrique Etienne, fue anfitrión de la academia y el alumnado de la Escuela de Comercio. Se trata de una facultad con muchos años de historia. De esa unidad académica, han egresado personalidades que ahora ocupan cargos ejecutivos en la administración pública y la libre empresa. La FCAV cumple 50 años. Y muchos de ellos, fueron compartidos por Etienne desde sus aulas. De manera que gran parte de este prestigio, Comercio se lo debe al actual jefe político de la universidad.