Es una decisión que puede dar tantos dolores de cabeza al Partido Revolucionario Institucional como los que intenta evitar.
El escenario se da en el vecino Estado de Veracruz, en donde el ex gobernador y perseguido por la ley, Javier Duarte, le dio el “beso del diablo” a todos aquellos que de una manera o de otra estuvieron vinculados con su administración, porque al parecer a nadie que haya sostenido una relación política con el otrora mandatario se le permitirá ser candidato a alcalde. Y son “nada más” 212 ayuntamientos.
¿Tiene algo que ver lo anterior con el PRI de Tamaulipas?
Bueno, lo tiene que ver con todo el país, pero la causa de ese castigo a todo lo que tenga aroma a “duartismo” en estos momentos en particular impacta sin duda en el caótico entarimado tricolor de nuestra Entidad. Ese motivo –y riesgo a la vez– es la aparente corriente moralizadora que el Comité Ejecutivo Nacional de esas siglas trata de ventilar públicamente para no ser arrastrado por las tropelías del ex Ejecutivo jarocho, dado que la
renovación de la aún reciente gubernatura en esas latitudes se dará en menos de dos años.
Le diré el porqué de esta percepción.
Si como sucede en Veracruz, el Revolucionario trata de imponer a rajatabla en Tamaulipas esas condiciones de presunta honestidad –va a sudar en serio para lograrlo– podría quedarse en el 2018, como en esa región sureña, casi sin candidatos para alcaldías y diputaciones locales, así como en el cambio de diputados federales.
La explicación radica en que precisamente los personajes más destacados del priísmo tamaulipeco, son también en una gran parte los más señalados por sus depredaciones presupuestales y excesos en lo que debió ser cumplimiento de sus responsabilidades en la función pública. Los tres sexenios tricolores más cercanos compiten entre sí por ese dudoso honor y existen muy pocos ex funcionarios de esas gestiones que se salven de ser manchados por los lodazales
heredados.
¿A quiénes les va a cerrar la puerta el PRI en nuestra patria chica?
Si en realidad aplicara una depuración a fondo estaría suicidándose electoralmente, porque hasta ahora las viejas y nuevas generaciones de políticos han germinado en esas filas o se han mantenido en ellas. Desde el “tomasismo” hasta el “egidismo”, pasando por el “geñismo”, es muy complicado encontrar a alguien, aunque sea medianamente, que pase la prueba de la transparencia.
¿Y por qué el riesgo?
Porque esas figuras son las que tienen dinero a manos llenas y conservan en gran medida influencia en sus respectivas parcelas. Si el CEN les da un palmo de narices a través de ese presunto filtro moral podrían, si no son ellos mismos los protagonistas, impulsar a sus “delfines” a otros colores y siglas. Y con el control que mantienen todavía, causarle más descalabros al PRI de los que ya espera.
Cuidado priístas tamaulipecos. Tendrán que aplicar en el año entrante un viejo dicho popular:
Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre…
Visión de hoy y mañana
La alcaldesa de Reynosa, Maki Ortiz, conoce como resulta evidente en los hechos, la importancia de la salud –ella es una profesional del ramo– para procurar un mejor nivel de vida en la población.
En el marco de la celebración por los 268 años de la fundación de esa ciudad, la primera autoridad municipal impulsó y apoyó la Feria Turística de la Medicina Alternativa, que permitirá a los reynosenses y visitantes conocer nuevas y benéficas opciones para el cuidado de la salud personal y familiar.
Es una acción con bases firmes, que incluye la participación de 30 profesionales de ese segmento que ofrecieron sus servicios a la comunidad.
No es ésta con seguridad una acción aislada. Maki sabe muy bien que la frontera es una región que se encamina al turismo médico y prepara así a Reynosa, en la medida de las facultades municipales, a ser uno de sus polos principales…
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