Ahora que estamos en pleno periodo vacacional, en el que Estados Unidos disminuyó como destino de los mexicanos y aumentaron las posibilidades de recorrer México, la utilización del carro siempre es el transporte más cómodo, más sí se realiza el viaje en familia. Por ello lo invito estimado lector para que observe la venta de gasolinas robadas por los tan conocidos ‘huachicoleros’, un término más utilizado en el centro y sur del país.
¿Por qué se les conoce como ‘huachicoleros’? Son las personas que realizan surcos o ‘huachos’ en los campos, pero en ocasión de este crimen deben hacerlos
diametralmente más profundos para poner al descubierto los ductos pertenecientes o concesionados por Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Resulta más que evidente la total impunidad en que operan tanto los ‘huachicoleros’, como los vendedores del ‘huachicol’ –es decir, gasolina robada u ordeñada-. En una pregunta provocadora ¿Usted sabe por dónde pasa un ducto de PEMEX conteniendo gasolina refinada? ¿Usted sabe cuál es la hora en el que tiene menor presión o de plano no está pasando ningún hidrocarburo por el ducto? Estoy seguro que su respuesta es que no tiene idea. De la misma forma las autoridades federales no han podido dar una, con contundencia, pero que fácilmente cualquiera puede imaginar que para ello se requiere estar coludido, o por lo menos en comunicación, con personal que opera dicho sistema.
Le pido que en su viaje vacacional observe cómo opera la venta de las gasolinas robadas y se dará cuenta que resulta más fácil encontrar a sus distribuidores que un baño público. Tal como lo está leyendo, usted no tendrá que irse a lugares escondidos, claro que no, son tan visibles que hasta grandes letreros llegan a colocar afuera de sus establecimientos improvisados.
Sí observa con más detalle, seguro detectará que en muchos casos la venta de las gasolinas robadas se está dando a escasos metros de una patrulla de la policía estatal o de la federal. Entonces regresamos al punto que esta operación ‘criminal’ se realiza con total impunidad. Como muestra un botón, en la carretera 190 entre el tramo de San Cristóbal de las Casas hacia Comalapa, justo donde termina Chiapas e inicia Guatemala, está plagada de venta de hidrocarburos robados, incluidas gasolinas, diesel y aceites; todos los establecimientos improvisados están en la acotación del camino, con sendos letreros compitiendo entre ellos mismos, con camiones detenidos comprando y pasando constantemente las patrullas estatales para resguardar la seguridad. Lo mismo pasa en otras latitudes del país, por ejemplo, en La Marquesa de Ocoyoacac en el Estado de México o en Santa María del Oro en Nayarit, ni que decir de la entidad reina huachicolera: Puebla.
La magnitud del problema es tal que por citar un caso, diariamente se pierden hasta siete pipas de 20 mil litros cada una por la ordeña del ducto Madero-Cadereyta que cruza Tamaulipas. Observe y no compre, ojalá que pronto también observen las autoridades que están propiciando el daño a la confianza de los inversionistas. ¿Usted qué opina?
www.daviddorantes.mx