1.- En los congresos y convenciones internacionales se siguen escuchando voces influyentes que proponen la legalización de algunas drogas. De igual manera en México algunos funcionarios, diputados, artistas de cine y dirigentes de partidos políticos, se han convertido en defensores de la legalización de la marihuana, argumentando que la guerra contra la delincuencia no sólo no ha dado los resultados esperados, sino que ha tenido efectos contraproducentes.
2.- Afirman que es la ilegalidad la que ha determinado los altos precios de los estupefacientes y la altísima rentabilidad del negocio. En ese sentido se orienta la campaña de algunos ministros de la corte, algunos gobernadores, senadores, diputados y algunos ex presidentes de países de América Latina.
3.- Aseguran, por ejemplo, que si el comercio fuera lícito, el precio de dicha droga sería 5 veces mayor y mejor su calidad. Invocan, en respaldo de su tesis, los efectos negativos que tuvo en los años veinte la prohibición del alcohol en Estados Unidos, a cuyo amparo se amasaron inmensas fortunas, se originó el gangsterismo y se generaron excesiva violencia y criminalidad.
4.- Ponen como ejemplo lo ocurrido en Holanda, donde las autoridades toleran la posesión de hasta 30 gramos (1.2 onzas) de cannabis por persona, y en cuyas principales ciudades se han abierto centenares de cafés donde el consumo se ha estabilizado y no ha crecido, aunque ha dado lugar al norcoturismo de los jóvenes de diversos países de Europa que viajan a Holanda para pasar un “fin de semana de yerba”.
5.- Habrá que poner en una balanza los factores positivos y negativos de dicha decisión, al margen de las simplificaciones, los slogan publicitarios, los mitos, las fantasías, las satanizaciones e incluso las politizaciones del tema.
6.- Las drogas psicoactivas son malas para la salud, anulan la personalidad, traen enfermedades. Algunas de ellas en cinco años anonadan al ser humano. Tienen efectos sociales perniciosos como la miseria, la criminalidad, la prostitución, la pérdida de motivación para el trabajo y la anulación de la creatividad.
7.- Con la legalización es probable que su consumo aumente por la facilidad de conseguirla en las farmacias de la esquina, y por disminución de su precio, pero con la prohibición de la droga, a cambio, vienen las grandes e improvisadas fortunas, la corrupción y la violencia.
8.- Los que abogan por la legalización argumentan que será deber del Estado informar a la sociedad sobre sus afectos, y según ellos, desaparecerá todo el aparato de violencia y corrupción que hoy existe.
9.- Desde mi punto de vista, son ingenuos los que piensan que la legalización de la marihuana será benéfica para el país, pues está demostrado que dicha droga impulsa a los jóvenes a cometer toda clase de delitos, además de que propenden a usar drogas más peligrosas como la cocaína y las anfetaminas, que los convierte en verdaderos y totales drogadictos.
10.- Además, de que el mercado que organice el gobierno, deberá competir con el mercado que durante muchos años a generado a bajo precio la delincuencia, y sería muy negativo que la producción de yerba regulada por el gobierno, impulsara al mercado ilegal de la delincuencia.
11.- Sería ridículo que el Gobierno Federal gastara de su presupuesto para pagar químicos, supervisores, policías y expertos en general para conseguir que los jóvenes drogadictos consumieran una marihuana de primera calidad, a fin de que satisfagan su vicio de la manera más placentera, y para que, además, les dé vigor e inteligencia para cometer asaltos, robos, secuestros y toda clase de delitos que contribuyan a la inseguridad de los ciudadanos.
12.- No obstante todo lo anterior, la Cámara de Diputados aprobó ya el uso medicinal de la marihuana.