MÉXICO.- Pasa la mayor parte del tiempo llevando a su hija de la escuela a sus actividades, cuidando a su perro, atendiendo el jardín y a su suegra, y trabajando medio tiempo como vendedor de bienes raíces.
Sin embargo, cuando cae la noche, Wisney se transforma en Cruzin d’Loo, una drag queen de proporciones épicas.
En su show semanal del viernes, llamado “No es la drag de tu mami” (“Is not Your Mama’s Drag), Wisney sube al escenario del club nocturno de Mission District, en San Francisco, con un vestido de lentejuelas azules hasta la rodilla.
Usa un maquillaje exagerado y lleva una peluca rubia que se balancea sobre su cabeza. Su lenguaje es ordinario.
Durante todo el espectáculo, el cuerpo de Wisney se oculta bajo un mar de rellenos hechos de silicona.
El personaje que Wisney interpreta cuando está trabajando es notablemente diferente al que asume cuando está en su casa.
El caso puede parecer extremo, pero representa un fenómeno para nada inusual: los psicólogos advierten que la mayoría de nosotros adoptamos una personalidad diferente, dependiendo de si estamos en la casa o en la oficina.
Aunque es poco probable que muchos lleguemos tan lejos como a crear una nueva identidad, nuestro éxito profesional y personal suele basarse en qué tan buenos somos para navegar entre estas dos versiones de nosotros mismos.
Un poco de ambos
La vida en la oficina y en el trabajo presenta retos y expectativas distintas.
Para muchos de nosotros, esto implica adaptar nuestro comportamiento a las condiciones sociales que nos rodean, aunque a veces nos pongamos en desacuerdo con nuestro “verdadero” sentido del yo.
De hecho, puede que ni siquiera pensemos en el hecho de que lo estamos haciendo.
Esto se debe a que “estamos acostumbrados a comportarnos de manera distinta, por el bien del profesionalismo”, dice Sanna Balsari-Palsule, estudiosa de la personalidad, de la Universidad de Cambridge.
“A medida que trabajamos en entornos cada vez más rápidos y con equipos dispersos a en el mundo, cobra mayor importancia ser muy flexible y adaptable”, dice.
En su tesis doctoral, Balsari-Palsule encontró que muchos trabajadores piensan que actuar de manera diferente a su yo natural es una parte intrínseca de su desempeño en la oficina y, por lo tanto, en realidad se siente “menos pesado”.
Ser uno mismo
Sin embargo, no todo el mundo siente que el trabajo es donde necesitan alejarse de su verdadero yo.
Para Emily Newman, antigua dueña de una tienda de comida gourmet en Seattle, era ahí donde podía mostrar una “versión muy segura y extrovertida” de sí misma.
“Extraño a la persona que era en esa tienda, porque estaba muy involucrada todo el tiempo con todo el mundo”, dice.
“Estaba dispuesta a interactuar, a meterme de lleno en lo que ocurría a mi alrededor. Era realmente yo misma en el trabajo.”
En casa, dice, asume una versión de sí misma más tranquila, más cautelosa e introvertida.
Con información de BBC.