La asamblea estatal en la que se eligieron los 104 delegados que participarán en la XXII asamblea nacional del 12 de julio hizo pensar a muchos que el PRI seguía con vida, sin embargo, en los municipios de mayor jerarquía del Estado el partido político luce aún completamente inmovilizado.
Salvo algunas excepciones, tras la debacle electoral del 2016 las oficinas de la mayoría de los comités directivos locales se encuentran desiertas, los dirigentes no se paran por ellas ni siquiera para guardar las apariencias y aunque las asambleas de elección de delegados hicieron suponer que se acabaría la parálisis, parece que el tricolor no se ha repuesto de la debacle del año pasado.
La elección de nuevo presidente estatal ha revivido momentáneamente el interés de la militancia y aparentemente también el ánimo de la huestes del priismo, aunque al mismo tiempo ha revivido las pugnas y fracturas que sufrió el organismo político a raíz de que perdió la gubernatura, la mayoría del Congreso y algunos de los principales municipios.
Como se veía venir, a propósito, la demanda planteada para que la elección del nuevo jerarca tricolor, programada para el 29 de agosto, se adelantara a la primera semana de julio, resultó infructuosa, hecho que ha acentuado el malestar de los priistas tamaulipecos con las decisiones del alto mando nacional.
Y el descontento seguramente aumentará, igual que los desacuerdos y el repudio a la actual dirigente estatal interina, Aida Zulema Flores Peña, y a todo lo que huela al ex gobernador Egidio Torre Cantú, cuando los militantes comprueben que el nuevo mandamás del ex invencible no es el de sus preferencias.
La efervescencia se intensificará durante los forcejeos que traerá consigo la designación de los candidatos a alcalde, sin embargo, cuando los priistas vean que los elegidos no fueron los más identificados con los ciudadanos y se repitan los descalabros retornará el desaliento.
Fuera del ruido que los medios han metido a las asambleas priistas, acá en el sur el desánimo tricolor no ha sido desactivado. Quizá cuando los jerarcas empiecen a soltar dinero para sensibilizar a las bases con miras a la sucesión del 2018, las cosas cambiarán, pero ahora el ánimo que reina en las filas priistas no es el mejor.
La conservación de la gubernatura del Estado de México entusiasmó a los de arriba, en los militantes de a pie el impacto fue menor, en parte porque saben que la victoria no fue limpia pero también porque el que se adjudicó el triunfo no fue el Revolucionario Institucional, sino el Grupo Atlacomulco, que no es lo mismo.
Hablando de otras cosas, el próximo sábado 7 de julio estará en ciudad Madero el historiador Pedro Salmerón Sanginés, quien, atendiendo a una invitación que le extendió el precandidato de MORENA a la alcaldía de aquel municipio, Adrián Oseguera Kernion, sustentará una conferencia sobre su libro “Los Carrancistas” a partir de las 18 horas, 6 de la tarde, en conocido salón de eventos de la ciudad, que ha despertado el interés de los amantes del tema.
Ojalá que el aspirante a gobernar a los maderenses le dé mayor espacio, dentro de su agenda de actividades proselitistas, a los asuntos culturales, que generalmente se relegan o no se incluyen en las campañas electorales, a pesar de los miles de personas interesadas en este tipo de sucesos.
El que, por otra parte, sigue sin dar color todavía es el Partido Verde Ecologista de México. El comité ejecutivo nacional anunció que en la sucesión presidencial no disputará el cargo de Enrique Peña Nieto aliado con el PRI, como lo hizo hace seis años, sino que lo hará con candidato propio, pero tampoco se tiene idea cuál será su proceder en los Estados y municipios.
Si lo harán en coalición con el ex invencible, con Acción Nacional y en cuáles poblaciones y distritos electorales, es un dilema.
Mientras son peras o son manzanas, el dirigente del PVE en la urbe petrolera, Azael Portillo Alejo, se dedica a mantener en forma y en pie de lucha a la agrupación a fin de que cuando empiece el proceso político, esta siga siendo una opción viable para los votantes, principalmente de los jóvenes y de aquellos que radican en los sectores populares de la ciudad.
En el PRD, en cambio, los directivos están conscientes de que a lo único que podrán aspirar en los comicios del año entrante será a tratar de recuperar el registro que perdieron en los pasados comicios por hacerla de comparsa del PRI.
jlhbip2335@gmail.com