CIUDAD VICTORIA, Tam.- En el municipio adelantaron el “grito”, por lo que en muchos centros de trabajo no laboraron desde ayer, los victorenses no perdieron oportunidad para armar la pachanga desde la madrugada del viernes, que se vio inusualmente colorida y en un ambiente totalmente festivo.
Sin embargo, la mayoría de los niños y adolescentes celebraron ayer a muy temprana hora en sus escuelas, lo que provocó ver alguno que otro padre de familia desvelado, pero con toda la actitud, cumpliendo la ilusión de sus hijos al vestirlos con los trajes típicos de los héroes de independencia.
Así que por las calles Victoria desfilaron varios niños vestidos como: Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez, José María Morelos y Pavón, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide. Y por supuesto no faltó una que otra niña vestida de “Adelita”, que aunque no corresponde al período de la celebración de la Guerra de Independencia, sí es un personaje muy mexicano.
En las escuelas primarias vivieron el acto cívico como una ceremonia que evoca a los pequeñitos a valorar sus raíces y aprender de la historia de México.
Tal es el caso de la Escuela Primaria Victoria, donde además dieron un plus a su celebración con la exhibición de dos caballos montados por maestros de la institución educativa, lo que maravilló a sus alumnos pues no daban crédito del imponente cuerpo del animal y la gallardía con la que se movía por el patio central de la escuela.
Pero lo más pequeñitos no se quedaron atrás pues en algunas guarderías como la Sinagoga del Bebé realizaron una representación del Grito de Independencia, donde los más chiquitos gritaron entre balbuceos: ¡Viva México!
Y aunque se piensa que entre más grandes son los alumnos, menos participación hay en este tipo de festividades, los alumnos del Conalep dieron un ejemplo de lo que es vivir la celebración patria. Durante todo el día realizaron diferentes actividades como: Concursos de trajes típicos regionales, concurso de platillos típicos mexicanos, juego de ajedrez, torneos deportivos y una sana convivencia que fomentó el amor y el respeto por sus raíces.
En los centros de trabajo que sí laboraron no dejaron pasar la ocasión para lucir ropa artesanal y trajes típicos mexicanos, las mujeres adornaron su cabello con listones o flores colores, se envolvieron con sus rebozos y se maquillaron para la ocasión, los caballeros aprovecharon para mostrar bigote (aunque fuera falso), sombrero y botas. Así fue como vivieron la celebración patria en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), donde disfrutaron de una amena convivencia y se deleitaron con deliciosos tamales.
Mientras tanto, las supermercados resurtieron el área de vinos y licores, cervecería y abarrotes en general, ya que se esperaba que se triplicaran las ventas. Pero el mayor énfasis lo pusieron la mercancía de temporada, pues aseguran los encargados de departamento que después del día 15 de septiembre es muy difícil colocar a la venta los disfraces para niños y adornos mexicanos, así que los exhibieron en cabeceras y pasillos principales.
En el centro de la ciudad la atmósfera no era muy diferente, los comerciantes instalaron sus negocios para arrasar con las ventas. Las familias recorrieron una y otra vez la calle Hidalgo y sus alrededores en busca de las últimas compras de artesanías, ropa y artículos patrios; algunos aprovecharon para deleitarse con los platillos de comida típica mexicana.
En el Mercado Argüelles las amas de casa realizaron las últimas compras para cocinar platillos típicos ¡muy mexicana!. La mayoría contemplaba preparar el tradicional pozole, que es el más común en estas fechas y casi nunca falta en los hogares mexicanos, ya sea de puerco o de pollo, rojo o blanco, la verdad es que se disfruta por igual, acompañado con su orégano, sus rábanos, lechuga y tostadas.
Y las bebidas mexicanas no pueden faltar, ya sea cerveza, pulque, tequila, mezcal o agua de horchata, jamaica o tamarindo lo importante es ¡Que Viva México!.




