Ayer por la mañana, cerca del mediodía, la televisión nacional informaba de un temblor que afectó la Ciudad de México y donde varios edificios se vinieron abajo o resultaron dañados por lo que las autoridades y población civil están participando en las tareas de rescate.
Prácticamente la ciudad quedó sin los servicios generales como lo son la energía eléctrica, telefonía, drenaje, agua potable, transportación y otros más, la gente prácticamente se encuentra en la calle y parques recreativos pues están recibiendo instrucciones de que no se queden dentro de las habitaciones.
Por supuesto como ocurre con otras ciudades de Tamaulipas la población civil de Llera al tener conocimiento de los hechos trataron de comunicarse con familiares radicados en la capital del país y aunque algunos tuvieron suerte, otros no, razón por la cual los teléfonos, celulares y radios de comunicación se saturaron al grado que resultaba difícil lograr comunicación con ellos.
Por nuestra parte logramos intercambiar palabras con un hermano radicado en aquella ciudad, no así con familiares ubicados cerca del histórico Panteón de San Fernando pues ante el temor de quedar atrapados tuvieron que abandonar la casa solamente con lo que traían puesto y con pocos billetes en la bolsa.
En fin, la ciudad capital es un terremoto de emociones, susto y llanto al grado que nadie quiere regresar a sus casas y menos refugiarse en los edificios públicos.
A propósito les decíamos ayer que en las oficinas centrales del PRI se estaba recolectando víveres para enviarse este día hacia Chiapas y Oaxaca pero ante los nuevos acontecimientos tal parece van a modificar un tanto los planes.
Quien por cierto recibió el susto de su vida fue el alcalde de Llera Héctor de la torre Valenzuela, pues tuvo que salir con rumbo a la Ciudad de México con el propósito de gestionar beneficios federales para el pueblo que gobierna por lo que a querer o no tuvo que tocarle los efectos del sismo que afectó esa región sobre todo la Ciudad de México.
En lo que va del mes de septiembre son varias ocasiones que la empresa nos deja sin servicio y eso que tenemos pagado el mes como ha sido nuestra costumbre hacerlo puntualmente, razón por la cual ahora seriamente estoy pensando darme de baja y buscar otras opciones de intercomunicación toda vez que los tiempos modernos ofrecen otras perspectivas mejores.
Telmex, déjenme platicarles.
Entró a Llera en la década de los setenta del siglo pasado cuando teníamos que acudir hasta la central telefónica en casa de doña Teresa Perales García para vida de poder comunicarnos al exterior con una persona receptora, generalmente fuera del municipio.
Después llegaron los teléfonos particulares pero sujetos a la central de donde nos ponían en contacto con el exterior; más tarde aterriza la telefonía independiente y el servicio aparte de generalizarse, crece, para finalmente llegar al celular que abrió las puertas de la comunicación para todo el mundo hasta convertir la comunicación en un servicio difícil de sustituirlo.
Hoy contamos hasta con Internet, que como su nombre lo indica, nos permite internacionalizarnos.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.




