CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La clase trabajadora de Tamaulipas paga grandes cantidades de dinero para hacerse de una casa propia, y a cambio recibe construcciones inseguras, de mala calidad y tan pequeñas que no cumplen con el mínimo sugerido para una vida digna.
Grupo Caletto (Plan Casa), y Alvator cuentan con decenas de quejas de clientes de Victoria que adquirieron viviendas en sus fraccionamientos y ahora sufren por la mala calidad de los materiales, la falta de mantenimiento a las zonas comunes y los malos trabajos que se realizaron.
Ante Profeco, son pocas las quejas formalizadas: en Victoria suman apenas seis en lo que va del año, pero basta un recorrido por estos fraccionamientos para comprobar la inconformidad de sus vecinos.
“Nada más llueve un poquito y la casa se inunda por dentro como si fuera una tormenta”, narra Leonor Ramírez, mientras muestra los recovecos de su domicilio, aparentemente sellados, pero por los que constantemente se filtra el agua.
También las paredes se agrietan con facilidad, “como si temblara”, cuenta otro vecino del mismo fraccionamiento, quien sigue esperando que le cumplan la garantía que incluía la compra de la casa.
Aquí todavía se venden casas “nuevas” de un piso, con poco más de 40 metros cuadrados de construcción, cuando según la Conavi, deberían contar con por lo menos 55 metros cuadrados.
Pese a eso, sus precios superan los 500 mil pesos. Para adquirirla, un trabajador tendría que recurrir a un crédito de Infonavit, por lo que al final del plazo convenido, terminaría aportando casi 1.2 millones de pesos por los intereses.
Si un trabajador obtiene un crédito total por 500 mil pesos del Instituto, tendría que pagar 5,900 pesos mensuales por 15 años, una cifra que está muy por encima de la capacidad financiera de un trabajador con un salario mínimo profesional.
En este lucrativo negocio, las desarrolladoras de vivienda son las grandes beneficiarias: compran grandes predios a precio de ganga, gastan cantidades mínimas en construcciones de dudosa calidad, y venden las casas a precios altísimos si se consideran sus condiciones.
Caletto es la que tiene más quejas en su contra y pese a eso sigue ofreciendo viviendas en distintos desarrollos de la ciudad.
En el 2015, esta desarrolladora recibió varias denuncias formales, entre ellas una por fraude por no pagar a una constructora local el trabajo realizado en un fraccionamiento.
Su respuesta fue cambiar de domicilio fiscal y abandonar la ciudad. Ahora se ha establecido de nuevo en el estado.
Quienes habitan en sus viviendas denuncian que los materiales empleados son de muy mala calidad, y las obras están mal realizadas, a tal grado que les preocupa que pudieran venirse abajo por las constantes grietas que aparecen.
“Desde que entregaron el fraccionamiento, la calle no la han reparado y ya está horrible, lo mismo las áreas verdes”, se queja un vecino del fraccionamiento Lomas de Guadalupe.
Las constantes irregularidades le han valido ser vetada por la autoridad municipal, por lo cual no han recibido más permisos de construcción de desarrollos, pero en los que maneja actualmente, sigue ofreciendo casas nuevas.
Desarrolladoras de vivienda como ésta, se han aprovechado del boom inmobiliario que atraviesa Tamaulipas, y que lo sitúan entre los estados con más créditos de Infonavit otorgados.
Hasta la primera quincena de septiembre sumaban ya 19,803 lo que la convierte en la octava con más préstamos.
Pero al mismo tiempo es la entidad con mayor porcentaje de cartera vencida, con un índice del 9.49%, es decir, casi el 10% de los créditos que otorga el Infonavit no se están pagando, lo cual es evidente en los altos índices de viviendas abandonadas.
Además del evidente deterioro, los fraccionamientos de interés social están plagados de casas sin uso.




