CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Hace diez meses la familia Cavazos recibió una de las peores noticias, Max, el más pequeño de los hermanos, con tan sólo 16 años de edad, fue diagnosticado con enfermedad renal crónica en fase cinco y ahí comenzó el calvario, pero la esperanza no desfalleció hasta lograr trasplantarle un riñón.
Y la heroína que hizo realidad el milagro, fue su hermana Carmen, quien con todo su amor y fe guadalupana, fue la primera en levantar la mano para ser la donadora en la cirugía de trasplante de riñón para Max.
La operación fue realizada el pasado miércoles 27 de septiembre en el Hospital Infantil Tamaulipas (HIT) y estuvo a cargo de seis médicos: José Alfredo Cortez Cruz, Jefe de la División Quirúrgica del HIT, la cirujana pediátrica del HIT Victoria Paniagua; Carlos García, cirujano cardiovascular del Hospital Regional de Alta
Especialidad de Ciudad Victoria; Jean Bautista Maldonado, urólogo del Hospital General, Enrique Flores Zedillo, urólogo del IMSS; y Jorge Salinas Graham, cirujano trasplantólogo en el Hospital General Dr. Norberto Treviño Zapata; así como seis enfermeras, y dos anestesiólogos, Carlos Zamudio Gracia y Rosina Alcaraz.
La cirugía duró cuatro horas aproximadamente y según su médico especialista, José Antonio Villanueva, nefrólogo pediátrico del HIT, ésta le pudo costar a la familia Cavazos de uno a dos millones de pesos en un centro médico privado, mientras que en el hospital fue completamente gratis.
“Cuando el paciente llegó a urgencias tenía 16 años, de emergencia se tuvo que realizar la colocación de un catéter de diálisis para hacer la función del riñón.
Varios factores pudieron ser la causa, desde tipos autoinmunes, hasta hereditarios, infecciosos y obstructivos. El problema con esta enfermedad, que nosotros llamamos ‘el asesino silencioso’, es que no presenta síntomas hasta que ya está muy avanzado, prácticamente cuando ya está para comenzar diálisis o a unos pasos, es lo trágico de esta enfermedad”, explicó el nefrólogo, José Antonio Villanueva.
En enero del presente año comenzaron a realizar los estudios necesarios a Carmen, quien tienen 20 años de edad, y así comprobar si era una donadora compatible, fue hasta junio que se concluyó que sí era candidata.
“Resultaron compatibles y el siguiente paso fue que el doctor (José Antonio Villanueva) presentó el caso al comité, donde se resolvió que sí era candidata y lo subimos al Centro Nacional de Trasplantes, tiene un centro informático donde se concentran todos los trasplantes que existen en el país, luego de quedar oficialmente como candidato, seguía conseguir todos los insumos, para eso nos apoyamos con Servicios Administrativos Secretaría de Salud, para medicamentos y equipo que se requiere”, detalló el doctor Roberto Rodríguez de la Garza, subdirector médico del HIT.
Cabe mencionar que es el quinto trasplante que se lleva a cabo en el Hospital Infantil Tamaulipas, el primero fue en el 2013, tres han sido por donador cadavérico y dos por donador vivo relacionado, es decir, un familiar.
Durante la intervención, José Alfredo Cortez Cruz, Jefe de Cirugía, explicó que durante la intervención los momentos más críticos fueron: “Al quitar el riñón se deben dejar las arterias y venas de buen segmento o longitud para que se puedan volver a suturar, (hay que) saberlo quitar, y al ponerlo cuidar que las suturas queden herméticas para que no haya fuga de sangre y después volver a reconectar las venas, las arterias, el ducto que conduce al riñón. Fueron cirugías simultáneas, en un quirófano estaba la donadora y en otro el receptor”.
Afortunadamente los dos hermanos van respondiendo a la perfección. De continuar así Carmen sería dada de alta el próximo lunes y Max el próximo miércoles.
“Estamos muy contentos con la evolución de Max, no bajamos la guardia porque el riesgo no ha terminado, él tiene varios riesgos, uno de éstos es hemorragias, otro riesgo es que se obstruya con un coagulo las arterias o infecciones, por eso él está aislado, ahí sólo pasa el doctor nefrólogo y una enfermera”, informó el subdirector Roberto Rodríguez de la Garza.
Por otro lado, Carmen ya se encuentra en piso y pudimos platicar con ella: “Me siento un poco adolorida pero bien, valió la pena. Me siento muy feliz porque ya va estar bien, si lo tuviera enfrente le diría que lo quiero mucho y me da mucho gusto que ya esté bien”.
Para ella es un milagro, pues tan solo la Navidad pasada, Max estaba internado y temían por su salud. Hoy toda la familia está más unida que nunca y agradecida con los médicos, pero sobre todo con la Virgen de Guadalupe, de quien son devotos, por permitir que Carmen le diera el más bello regalo a su hermano, la vida.
Un milagro
La Navidad pasada, Max estaba internado y temían por su salud. Hoy toda la familia está más unida que nunca y agradecida con los médicos, pero sobre todo con la Virgen de Guadalupe.




