Bendita lluvia cuando Dios la manda sin ganas de causar daño a nadie y sin ponernos a prueba; digo lo anterior porque aquí lo comentamos hace más o menos una semana cuando al recorrer la carretera Llera-Zaragoza encontramos un campo seco y abandonado pero bien decía la gente de antes que el Supremo Arquitecto del Universo aprieta pero nunca ahorca y caray cuánta razón tenían nuestros ancestros pues platicando con un grupo de campesinos del pueblo de mis mayores nos comentaban que tenían sus tierras listas para sembrar pero les faltaba el preciado líquido.
Hoy ya recibieron la bendición del cielo y sólo resta aprovechar la humedad para sacarle a la tierra los grandes beneficios que solo ella puede darnos.
Por supuesto que algunas partes de Tamaulipas no podrán decir lo mismo pero quiero pensar que esto se debe al descuido de las autoridades toda vez que conociendo los pormenores del terreno en que viven no se preocupan por atender y resolver el problema de las inundaciones sino cuando ya la tienen presente.
Ojalá y hoy no suceda como ocurría antes sobre todo en Llera cuando la creciente del río amenazaba con llevarse el puente del Guayalejo y el tráfico vehicular Victoria y Llera se suspendía a la altura del puente La Gallina habiendo necesidad de atravesarlo mediante una góndola para abordar el autobús que nos llevara a la capital o al revés volteado.
Qué tiempos aquellos.
Hoy tanto los puentes como las carreteras se han modernizado y salvo en muy honrosas excepciones se suspende el tráfico vehicular señal inequívoca de que México y sobre todo Tamaulipas está mejorando y sus vías de comunicación se modernizan cada vez más.
Es más bien recuerdo cuando en cierta ocasión y ante la amenaza de una creciente la gente de mi pueblo dejó en su mayoría las viviendas para irse a dormir a
La Loma y aunque les decía que no se preocuparan debido a que era muy difícil que las aguas lograran llegar hasta el pueblo la gente no hizo caso y buscó refugio en las partes más altas.
Nada grave ocurrió.
La gente al día siguiente regresó a sus hogares pero eso si fue un pachangón en grande pero el pueblo casi se quedó solo.
Se olvidaron que mi compadre José de Escandón había escogido un excelente lugar para vivir y muy difícil de inundarse.
El río Guayalejo, es bien cierto cuando se crece ruge como ninguno pero de ahí no pasa.
Hoy nuestro río es el mejor del mundo y muchos municipios de Tamaulipas darían su vida por contar con uno como el que tenemos al grado que ha convertido al pueblo de mis mayores en el mejor centro turístico del centro de del estado.
Desafortunadamente el Gobierno Federal y del Estado nos tiene muy abandonados.
En fin como bien lo dice mi compadre Alfonso Gómez Urbina “algún día mi perro comerá sandía y entonces será de la mía.”
He dicho y no me echo para atrás.
A propósito ¿sabía usted que en Llera se produce el mejor piloncillo y melado de la región?
Pues no se lo pierda y si le agrega un poquito de queso resulta excelente.
Digo para que no se lo pierdan.
Después no digan que no los invitamos.
Mi pueblo, aunque lo duden es y seguirá siendo la Puerta de la Huasteca.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE.




