MÉXICO.- María de Lourdes Hernández tiene 37 años de edad y es una sobreviviente del cáncer de mama, a sus 35 años y tras una serie de ires y venires le diagnosticaron esta enfermedad, con menos de 40 años para ser candidata a una mastografía, Malú, como la llaman de cariño, tuvo que hacer una serie de trámites para poder acceder a este tipo de estudio.
Con voz pausada y tranquila recuerda que una vez con el diagnóstico en mano comenzó la serie de procedimientos médicos y quirúrgicos que hoy la mantienen con vida; así, de ser una mujer sana y sin predisposiciones genéticas para esta enfermedad, de pronto enfrentaba uno de los cánceres más agresivos, aunado a que ya tenía un proceso metastásico que le había afectado el pulmón izquierdo.
Hernández explicó a Notimex que antes de tener un diagnóstico llevaba un estilo de vida saludable, hacía ejercicio todos los días y llevaba una alimentación balanceada, por lo que, consideró, su caso fue uno muy raro.
A su vez, explicó que de todos los procesos por los que pasó para recobrar la salud sólo dos fueron los más duros, “casi un mes con los drenajes, no me podía mover, eso fue lo más impactante para mí, dije yo ya me quiero morir, yo ya no puedo (…), luego, cuando termino las radiaciones que queman la piel, la piel se me abrió y no podía usar ropa, esas fueron las etapas más fuertes cuando yo dije me rindo”.
Una vez que pasaron esas dos etapas, contó a Notimex que el proceso de enfrentar el cáncer fue un poco más orgánico, “nunca me sentí muerta, o que me fuera a morir o que ya no había nada más”, la ayuda de sus familiares y la atención psicológica, así como la médica, fueron fundamentales para su recuperación.
Detalló que para enfrentar al cáncer de mama se sometió a 36 quimioterapias; luego, a una cirugía doble en la que le hicieron una mastectomía radical y una lobectomía (extracción de una parte del pulmón), posteriormente se sometió a 12 nuevas quimioterapias y 30 radiaciones.
Malú en la actualidad lleva un estilo de vida vegano, aunado a que se ayuda de medicina alternativa sin soltar los tratamientos médicos tradicionales y medicamentos de control hormonal para evitar que el cáncer vuelva aparecer en su vida.
La socia fundadora del programa de Médicos e Investigadores en la Lucha contra el Cáncer de Mama (MILC), Alejandra Platas, comentó que mediante el Programa Jóven y Fuerte, desarrollado por la organización, se encontró que se hacía una diferencia si se contenía y acompañaba a los pacientes.
De ahí, dijo, surgió la idea de hacer un programa para pacientes con cáncer de mama metastásico con un modelo multidisciplinario que atienda los problemas secundarios de esta enfermedad; así, se cuenta con ayuda psicológica, nutrición, oncoimagen y nutrición oncológica, por mencionar algunas áreas.
Lo que se busca es que las mujeres retomen el control de su vida y muchas de ellas a lo primero que recurren es a buscar ayuda psicológica, en un primer contacto se establecen las necesidades de cada paciente y se lleva a cabo un seguimiento de las mismas.
“El cáncer de mama metastásico no es una batalla perdida y tenemos que estar en esa batalla todos, pacientes, profesionales, asociaciones de salud, medios, farmacéuticas, todos tenemos que estar en esa batalla (…), nos suena a muerte cuando se escucha la palabra metástica, pero la buena noticia es que las pacientes viven y tienen muchos días más por delante”.
Platas abundó que quienes sobreviven a esta enfermedad deben de dejar de ver la vida a través de los lentes del cáncer, las mujeres que presentaron esta enfermedad no deben olvidar que siguen siendo madres, hijas, hermanas y parejas, por lo que deben retomar las actividades que antes disfrutaban, ello, con especial atención a la angustia que viven ante el temor de que vuelva el cáncer.
Añadió que existe una serie de creencias en torno al cáncer, la primera tiene que ver con la llegada inminente de la muerte, luego, consideran que la vida ya no va a continuar, aunado a que por lo general evitan preocupar a sus familiares y enfrentan el cáncer solas, en ese sentido, señaló que “no tienen por que estar solas, ni familiares ni cuidadores”.
Aún cuando la sociedad civil tiene mucha fuerza, dijo, no existe un frente común para cambiar la realidad del país, por lo que este día, en el marco de la celebración del día de la concientización internacional de cáncer de mama metastásico, se realizó una alianza con Salvati.
Con ello, agregó, se pretende incidir en la creación de políticas públicas específicas, mejorar la calidad de vida de las personas con cáncer y generar modelos replicables en todo el país.