CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Por amor al arte sobreviven las librerías en Ciudad Victoria, más que ser un negocio rentable, la principal ganancia es la experiencia.
“Quien se dedica a este negocio de las librerías debe estar loco, quien entra a esto sabe que no se hará rico, no es un negocio del cual uno pueda decir que va a ganar fama y fortuna de un día para otro».
Los que lo han tenido son enormes librerías con Gandhi, salvo esos casos de éxito, el pequeño distribuidor o independiente no se va a hacer rico en dinero, pero sí en experiencia”, platica Cinthia Barrón, encargada de Librería del Centro Cultural Tamaulipas (CCT).
En un recorrido realizado por las principales librerías de la ciudad, los encargados o propietarios de los negocios coinciden que existe un nuevo boom entre las nuevas generaciones, considerando incluso que más del 50 por ciento de sus clientes son jóvenes.
“Hemos detectado que están leyendo mucho los jóvenes y eso es muy motivante porque a veces pensamos que como nada más están con el celular o las redes sociales, no leen, y al contrario existen redes sociales dedicadas únicamente a la lectura y si ven algo por ahí recomendado vienen y lo buscan”, explicó Cinthia Barrón.
Y por ser Victoria una ciudad que da cobijo a estudiantes de diferentes municipios, son ellos los principales clientes de las librerías. Incluso hoy en día éste tipo de negocios es el punto de reunión para los jóvenes donde también hacen nuevas amistades.
“Aquí llegan muchos estudiantes y más en el centro porque existen muchas universidades tanto públicas como privadas, nos pasa mucho que vienen los viernes a comprar sus libros para llevárselos a sus casas, como muchos son foráneos, los leen el fin de semana”, dijo.
Para sobrevivir, las librerías se han adaptado y reinventado, especializándose e incluyendo en sus negocios otros productos para ofrecer a sus clientes.
Una de sus principales estrategias es mantener precios bajos, accesibles al bolsillo de su clientela, sobretodo para los jóvenes que hoy en día son los que más leen, pero los que menos recursos económicos tienen para adquirirlos.
Por ejemplo, en el la librería del CCT cuentan con un stock de 13 mil ejemplares, con precios que van desde 20 pesos hasta mil 100; cada mes lanzan una promoción diferente y mantienen una campaña permanente de 50 por ciento de descuento en ciertos títulos que cambian de acuerdo a la temporada el año.
En otras librerías, las estanterías dejaron de ser terreno exclusivo de los títulos literarios y comparten espacio con material de papelería como agendas, cuadernos, tazas, marca textos o plumas.
Los propietarios hacen lo necesario para sobrevivir en un negocio que continúa vivo por “amor al arte”.




