Tiene razón el diputado local del PRI Anto Tovar García, puede que a medias, pero tiene algo de razón cuando señala que el problema de la inseguridad no se ha resuelto y que la vuelta de las caravanas hacia Reynosa son una consecuencia de la violencia, pero el reclamo del matamorense tiene además de tintes políticos un destinatario equivocado y tal vez los ciudadanos de a pie tendríamos que reclamarle a él su falta de gestión para ayudar a que lo que ahora le atemoriza, aterroriza y
preocupa deje de ser parte de la vida de la frontera de Tamaulipas.
Así es mis queridos boes, Tovar García es de Matamoros, cuna por cierto de dos de las más grandes organizaciones delincuenciales en la historia del país, sabe por añadidura que allá en su Matamoros querido nacieron, crecieron y se multiplicaron al amparo de las autoridades locales, del PRI desde luego, de su partido.
El diputado priísta debió haber crecido en esa cultura en la que los señores de las viejas organizaciones, origen de las que hoy tienen en jaque al país, eran parte de la sociedad, ponían y quitaban y premiaban. Eran los tiempos del PRI, su partido.
Anto debe recordar que en el sexenio de Manuel Cavazos Lerma, también del PRI y hoy Senador, se entregó el control de las policías a los grupos fácticos.
Le bastaría con teclear los nombres de los dos ex gobernadores antes de Egidio Torre, del PRI, para enterarse de que en Estados Unidos les acusan de nexos nada presumibles.
Habrá Anto de acordarse que todo el sexenio pasado, cuando en Tamaulipas aparecían fosas clandestinas con entierros masivos y no sólo Reynosa, sino Victoria, Matamoros, Tampico y Laredo estuvieron muchas veces bajo un toque de queda autoimpuesto por la sociedad, el entonces gobernador Egidio Torre Cantú repetía una y otra vez que eran hechos aislados, que no pasaba nada y que eran temas de la Federación, casi no movía un dedo para cuidar a sus gobernados, salvo a su familia.
Hoy aunque no han pasado más que 13 meses del actual gobierno, el que encabeza Francisco Javier García Cabeza de Vaca, parece que Anto no recuerda que el panista decidió entrarle al tema que todos los que señalé arriba obviaban porque era un asunto de la Federación.
No defiendo al gobernador actual, porque debe tener quien lo haga desde su partido, pero basta con que relatemos algunos hechos para reconocer que se está haciendo lo que nunca se hizo: se le ha pegado a los grupos en lo económico, cerrando centros de apuestas, giros negros, transporte ilegal.
El gobierno solicitó atribuciones especiales para hacer la chamba de la Federación, mientras que los anteriores le huían hasta a la que tenían obligación de hacer.
Pero además, habrá que decirle al diputado que allá en la Federación todavía deciden puros priistas, que la mayoría de los diputados federales son sus compañeros de
partido y que no se ha visto que hagan algo por su tierra en este tema que a él le aterriza y a todos nos espanta.
Podría decirle Anto a Paloma Guillén, diputada federal del PRI que hasta fue subsecretaria de Gobernación que empuje para que desde el poder central apoyen lo suficiente a Tamaulipas y él pronto se sienta seguro en la carretera de Matamoros a Victoria.
O a Baltazar Hinojosa y Alejandro Guevara Cobos, sus compañeros del PRI, cuates del presidente Peña Nieto que no se olvide de la tierra en que nacieron.
Igual a Miguel González Salum, legislador del tricolor y ex alcalde de Victoria, que exija por su ciudad.
Sí es lamentable que en un tema como el de la inseguridad, quienes deban jalar para el mismo lado traten de sacar raja política y hasta pareciera que desearan que no se solucionara.
Porque si a alguien habría que señalar por la bronca que se vive en la frontera sobre todo, es a la Federación por la naturaleza de los delitos.
No debe ser el caso, porque se lo que se trata es que si ahora la instancia estatal tomó el tema por los cuernos y está tratando de resolverlo, lo honesto sería que Anto y compañía pusieran su parte; es lo menos que esperamos los ciudadanos que igual que el diputado del PRI viajamos por las carreteras que a él le dan miedo, con la diferencia de que simples mortales como el que escribe lo hacemos sin chofer, sin autos oficiales y sin el fuero que a veces hasta con esos señores funciona.
Desde luego, repito, la cosa está difícil en Reynosa y en Victoria, pero politizar y cuestionar a quien está trabajando para resolver los problemas sólo porque no es de su partido, es una jalada.
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