CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La falta de atención histórica al sistema penitenciario de Tamaulipas ha provocado que en la actualidad los penales estatales padezcan inseguridad, falta de control e insalubridad crónicos.
Desde 2011 la Comisión Nacional de los Derechos Humanos reportó autogobiernos, violación sistemática a los derechos de los reclusos, carencias en la alimentación y en los tratamientos médicos, pero las autoridades federales y estatales nada hicieron al respecto.
“La problemática es compleja porque la solución requiere una visión integral, los penales han sido un ambiente propicio al imperio de la corrupción y se genera un clima donde todo puede hacerse si hay con qué pagarlo, o donde cualquier cosa puede pasar si no se cubren las cuotas en dinero o en especie.”,
señala un informe interno del gobierno estatal del 2012.
Tres ex funcionarios que tuvieron a su cargo la administración del sistema penal en Tamaulipas admitieron que el descuido ha sido crónico y degenerativo, no tiene unos años sino de décadas, y ha sido derivado del enfoque de los gobiernos estatales que consideraron que esta área no requiere una atención
especial y que las inversiones en readaptación siempre pueden aguantar para mañana.
“El fenómeno llamado autogobierno no es autogobierno de los reclusos, sino la incapacidad para tomar el control de los penales, y esta omisión cede el control del interior a los reclusos que se imponen bajo la ley del más fuerte”, dijo un ex funcionario.
En junio pasado, tras los disturbios ocurridos en el penal de Victoria, CNDH envío de visitadores para conocer la situación y reiteran que este centro de ejecución de sanciones (Cedes) el cual presentó los mismos problema detectados durante la revisión de 2011.
“Tiene sobrepoblación y hacinamiento, deficiencia en la clasificación de internos y los programas para la atención de incidentes violentos”, afirma la CNDH.
Además, inadecuados servicios para protección al derecho a la salud, falta de supervisión del funcionamiento del penal por parte del titular, inadecuadas instalaciones y equipo para el funcionamiento del penal, deficiencias en la alimentación, condiciones de autogobierno.
Igualmente, falta de personal de seguridad y custodia, insuficiencia de actividades laborales y educativas, inadecuada atención a las mujeres y a sus hijos e insuficiencia en los programas para la prevención de adicciones y de desintoxicación voluntaria, dice el organismo garante de los derechos humanos en el país.
El diseño de los penales de Tamaulipas corresponde a los lineamientos de reclusión de los años 80 del Siglo XX y el penal más nuevo de Tamaulipas se construyó en 1999, hace 18 años.
El director de la Iniciativa Mérida en el Consulado de los Estados Unidos, Tobin Bradley, aseguró que ninguno de los penales de Tamaulipas está certificado, y que para la acreditación se requiere de la calidad de las instalaciones, equipo electrónico de vigilancia, sistemas de orden y control dentro del penal,
capacitación profesional, preparación física y control de confianza de los custodios.
“Para que el personal de instituciones penitenciarias pueda realizar el servicio público de manera profesional y en apego al respeto de los derechos humanos de las personas internas, debe ser cuidadosamente seleccionado y recibir la información adecuada para el óptimo desempeño de su importante labor”, afirmó la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
La calificación general la CNDH a los penales de Tamaulipas durante su última revisión fue de 4.95 con base en 10 , que mostró un descenso contínuo desde 2011.
La CNDH dice que esta calificación se debió al hacinamiento, la insalubridad, la baja capacitación de los custodios, a la falta de personal, la falta de manuales de procedimientos y la falta de equipo para vigilancia y control.
De acuerdo con el índice de Paz México que publica el Instituto para la Economía y la Paz (Institute for Economics and Peace, IEP) hasta un 33 por ciento (dos mil 42) de los seis mil 400 reclusos que hay en los seis Centros de Ejecución de Sanciones de Tamaulipas no han sido sentenciados.