CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Para la Secretaría de Salud en Tamaulipas, es muy difícil eliminar la comida chatarra de las escuelas, sobre todo la que se vende al exterior, ya que estos pequeños negocios permiten el sustento de muchas familias, principalmente mujeres y personas de la tercera edad, afirmó Gloria Molina Gamboa.
Dijo que se trabaja de manera coordinada con la Secretaria de Educación en el estado, para regular la venta en las cooperativas escolares de comida chatarra, sin embargo ve muy difícil poder lograrlo hacia el exterior.
“Este es un tema muy complicado porque actualmente Tamaulipas enfrenta un serio problema de sobre peso en los niños, por eso se busca que a través de programas se logre educar y prevenir esta situación”.
Sin embargo es casi imposible impedir la venta de alimentos considerados como chatarra en las afueras de las escuelas, ya que hay muchas personas que se dedican a la comercialización de estos productos y prohibir que lo hagan, sería atentar en contra de su fuente de ingresos, que en ocasiones es la única que tienen.
“Ahora lo que se está haciendo es trabajar hacia el interior del plantel, donde las cooperativas deben cumplir con el requisito de ser alimentos nutritivos, bajos en grasas, entre otras exigencias”.
Sin embargo en los alrededores de los planteles es más complicado desde el punto de vista económico, porque son el sostén de muchas familias, entonces hay que hacer una labor muy importante que no se puede hacer de la noche a la mañana.
“Desde hace varios años el Senado de la República aprobó reformas a la Ley General de Salud, que prohíben la venta y comercialización de alimentos y bebidas con bajo contenido nutricional y alto contenido en grasas, sales y azúcares, sin embargo, la vendimia callejera no permite frenar el consumo de la comida chatarra, y por ende reducir los niveles de sobrepeso y obesidad infantil”.
Dijo que hay una ley en todo el país sobre alimentos chatarra que se venden en las escuelas, pero es una cultura que hay que contagiar a toda la población porque el niño en su casa se alimenta y en la escuela come más o menos, pero en la calle están todas las vendimias sobre las que todavía no hemos podido tener un control”.




