Hoy vamos a abordar un tema del que nadie quiere hablar pero que sin embargo es necesario y todo nació cuando conversando con don José Puga, responsable del mantenimiento y limpieza del panteón municipal de Llera nos decía: Señor Villarreal, ya no hay espacio para sepultar otro “muertito” y no quiero pensar qué irá a pasar el día en que algunas personas me pregunten dónde están los restos mortales de uno o varios de sus familiares que supuestamente duermen el sueño eterno en este lugar.
Pues sin duda alguna vas a tener que enfrentar su enojo y posiblemente hasta una demanda penal pues la exhumación clandestina está muy penada por la ley.
¿Qué se podría hacer?
Sin duda alguna lo primero que tienes que hacer es hablar con el Alcalde en turno.
Ya lo hice.
¿Y qué te dijo?
Que adquirió el terreno de al lado que pertenecía a la familia González Balboa.
¿Entonces qué te apura?
Es que todavía no se autoriza su uso.
Pues apresúralo.
Sería una falta de respeto de mi parte.
Ni modo, no hay de otra o la bebes o la derramas.
Don José llevando al hombro una pala y un azadón se alejó preocupado con rumbo a la Ciudad de los Muertos.
Y efectivamente, pues aunque lo duden pero una buena cantidad de cuerpos han sido retirados de sus fosas para enterrar otros cuerpos.
Por supuesto que esto no es de ahora si tomamos en cuenta que el viejo cementerio ya tiene una buena cantidad de años, pues prácticamente nació con el pueblo de mis mayores.
Ahora bien como seguramente tendremos más muertitos, incluyéndome yo, lo más correcto y apropiado es que se incineren los cuerpos a medida que se vayan presentando y las cenizas conservadas de manera familiar ya sea dentro del panteón, de un altar o de la casa misma donde vivió o depositadas en las aguas del río Guayalejo, pero algo se tiene que hacer a la voz de ya.
Por lo tanto la palabra la tienen las dos autoridades o sea la civil y la familiar.
Pero sea cual fuese se tiene que apresurar el paso, porque de no ser así muy pronto nos vamos a pelear por un lugarcito allá donde manda galleta El Mezquite Gacho.
A propósito, se ha hecho costumbre que los familiares de un difunto o difunta traigan los restos desde una comunidad rural donde vivió, hasta el panteón municipal por lo que entiendo se debe reglamentar esta vieja práctica y una buena forma de saber aprovechar el espacio es sepultándolas de pie, por supuesto dentro del féretro, ataúd o como usted quiera llamarlo.
En fin, creo que los ataúdes, féretros o cajas de muerto van a tener que ser remplazadas por pequeñas ánforas y para allá vamos dada la rapidez con que se está muriendo la gente, pues oiga y aunque usted no lo crea, pero en la Ciudad de México esto ya se está haciendo, por lo tanto las agencias funerarias tendrán que ajustarse a estas nuevas formas de sepultar a los deudos.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE
