José Antonio Meade llegará hoy a Ciudad Victoria para hablar con una militancia priista lastimada, castigada, olvidada, relegada y humillada por el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que preside otro de los integrantes de la tecnocracia consentida: Enrique Ochoa Reza.
De hecho, el presidente nacional del partido tricolor nunca ha visitado Tamaulipas para dialogar con los militantes, con sus sectores y organizaciones, los que se encuentran a la deriva desde la estrepitosa y dolorosa derrota que sufrieron en junio de 2016 al perder la gubernatura del estado, la mayor parte de los municipios de la entidad y la mayoría del Congreso.
Justo cuando Enrique Ochoa Reza había programado una visita a tierras tamaulipecas para escuchar a los priistas, un día antes fue aprehendido el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, quien sigue en la cárcel y, seguramente, será extraditado en los próximos meses a los Estados Unidos.
El tema de ‘Geño’ es uno de los asuntos espinosos que veremos cómo aborda José Antonio Meade Kuribreña. El otro caso con múltiples espinas es el de Tomás Yarrington Ruvalcaba, otro ex gobernador cuyo juicio avanza en Italia tras ser detenido en abril del año pasado. Los gringos también lo quieren juzgar.
¿Qué puede decir el candidato presidencial del Revolucionario Institucional sobre los ex gobernadores? ¿Lo mismo que dijo en Veracruz sobre el controvertido Javier Duarte? ¿O insistir en una sentencia máxima en los casos de corrupción más escandalosos como lo planteó en días recientes en Quintana Roo en franca referencia a Roberto Borge?
Todos esos ex gobernadores -más los que faltan, como César Duarte, de Chihuahua- representan un pesado lastre para la campaña del ex secretario de Hacienda. Tanto descrédito le impide que su campaña no levante, que no logre remontar el tercer lugar en las encuestas.
Eso no es todo: con una dirigencia estatal, con Sergio Guajardo Maldonado al frente, que no alcanza a tejer acuerdos al interior del partido tricolor a lo largo y ancho del estado, el candidato presidencial priista llega a Tamaulipas demasiado tarde, cuando muchos priistas ya se fueron a Morena o trabajan por debajo de la mesa con el aparato estatal de los vientos del cambio.
Ejemplos concretos: Eduardo Hernández Chavarría, uno de los mejores cuadros que el priismo tenía en la zona sur, ahora se la juega con el PAN; Olga Sosa Ruiz, carismática ex diputada local, ya está amarrada con el PES en su alianza con Morena y el PT; Erasmo González Robledo, otro ex legislador, será candidato del Movimiento de Regeneración Nacional a diputado federal por el Distrito Siete.
Eso son algunos de los casos conocidos, pero son muchísimos los priistas que, en los hechos, ya dejaron de jalar para su partido y ahora respaldan proyectos blanquiazules o morenistas.
Por tanto, el pronóstico electoral para el PRI en Tamaulipas es catastrófico: se enfila hacia su peor derrota, la peor de todas. Va directo al despeñadero, hacia el precipicio del tercer lugar. Y lo mismo podría suceder a nivel nacional.
Cuando José Antonio Meade recibió la noticia de que sería el candidato presidencial del priismo, no supo en la que se metía.
EL PRI DE MADERO, A LA DERIVA
Cuando a Sergio Guajardo, presidente estatal del PRI, le pidieron en la Ciudad de México sus propuestas para la candidatura a la alcaldía de Madero, el dirigente tricolor planteó dos nombres: Jaime Turrubiates Solís y Monserrat Arcos Velázquez.
Sin embargo, Jaime Turrubiates finalmente decidió no meterse en problemas electorales. Como buen empresario, cuando invierte lo hace para ganar, no para perder.
Por su parte, la diputada federal Monserrat Arcos tiene la mira puesta en la candidatura a la senaduría. Esa es su meta. La presidencia municipal maderense no le interesa… por el momento.
Llama la atención que Sergio Guajardo no propuso el nombre de Roberto Razo, un empresario ligado al grupo que encabeza el diputado federal Esdras Romero Vega.
Eso quiere decir que no existe mucha ‘química’ entre el comité estatal tricolor y la Sección Uno del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
También es evidente que ante los virtuales descartes de Jaime Turrubiates y ‘Monse’, el único aspirante que queda en la competencia es Roberto Razo, un empresario serio, pero sin experiencia política, ingenuo en muchos aspectos de ‘la grilla’ y carente de perspectiva en el tema del servicio público. Además, nomás no pinta en los sondeos.
LA CANDIDATURA DEL PAN EN MADERO
Un tema que todavía no está decidido es la candidatura del PAN a la presidencia municipal de Ciudad Madero. Si bien todo indica que Andrés Zorrilla, el mejor posicionado en las encuestas, será bendecido para buscar su reelección, aún tiene posibilidades Agustín de la Huerta, director general del Conalep.
Incluso, hay quienes sugieren el nombre de Esther Lozano, presidenta del comité local panista, como alternativa. Por su parte, el PRD, integrante de ‘Por Tamaulipas al Frente’, impulsa al diputado local Joaquín Hernández Correa.
Cierto, Andrés Zorrilla lleva ventaja, pero ‘el jaloneo’ todavía no termina.
Y PARA CERRAR…
El desprecio que Enrique Ochoa Reza tiene por el PRI de Tamaulipas no sólo se refleja en que nunca haya visitado el estado para dialogar con los militantes, sino en el hecho de que nunca designó un delegado del CEN en el estado.
Por cierto, nada raro será comprobar hoy que muchos liderazgos locales o regionales del priismo no asistirán a los eventos de José Antonio Meade en Ciudad Victoria.