CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Aunque de acuerdo con la Defensoría Pública Federal, a partir de este año los delitos del fuero federal en materia de adolescentes serán vistos por dicha instancia y no la defensoría pública del estado, hasta el momento no se cuentan con Jueces de Control ni defensores federales que lleven dichos casos.
María del Rosario Garza Hinojosa, Directora del Instituto de Defensoría Pública, explicó que aunque existe esta disposición, han sido precisamente los defensores públicos del estado los que han visto este tipo de asuntos.
“No hay jueces de control en materia de adolescentes en materia federal, porque el Consejo de la Judicatura considera que no es carga de trabajo”, señalando que es importante que se consideren en entidades como Michoacán, Sinaloa, Tamaulipas o Guerrero en donde hay presencia de delincuencia organizada y son los adolescentes quienes participan en varios delitos.
“Tenemos ahora un caso de un adolescente en Matamoros por tráfico de personas, y la defensoría pública federal se declaró incompetente porque no tienen personal; es un tema delicado”, comentó.
Explicó que la falta de Jueces de Control en el ámbito federal en materia de adolescentes, dificulta el trabajo en entidades como Tamaulipas, “incluso el Supremo Tribunal de Justicia de Yucatán hizo una recomendación al Poder judicial de la Federación para que sean creados esos nuevos juzgados de control en el ámbito federal en materia de adolescentes.
La Directora del Instituto de Defensoría Pública explicó que son muchos los casos en que adolescentes son detenidos por participar en delitos relacionados con la delincuencia organizada como es el tráfico de personas, homicidios dolosos, secuestro, extorsión, entre otros.
Y es que, explica la especialista en Derecho, en el caso de adolescentes de 14 a un día antes de cumplir los 18 años, la pena máxima son cinco años de detención y cuando no tienen antecedentes tan sólo permanecen 2 años y medio.
Esta situación, explica Garza Hinojosa, es aprovechada por los grupos delincuenciales para usar a menores en la comisión de delitos del ámbito federal, “lamentablemente, una vez que salen, no tienen un final feliz, o ya sea que reincidan o son privados de su vida; corren peligro”.