MÉXICO. Basados en números, en los últimos cinco años el precio de la gasolina magna aumentó 54.5%, la premium 62.3%, mientras el diesel aumentó 59.1% como reflejo de las políticas recaudatorias y la liberación del mercado, que forma parte de la Reforma Energética.
Datos de Petróleos Mexicanos (Pemex) indican que en diciembre de 2012, la gasolina regular se vendía en 10.81 pesos por litro, mientras en enero de este año, alcanzó 16.70 pesos, lo que significa que los consumidores pagan 5.89 pesos más por cada litro de magna.
La gasolina premium se comercializaba en un máximo de 11.37 pesos en diciembre de 2012, mientras en enero de 2018 alcanzó un precio promedio nacional de 18.45 pesos, de acuerdo con el último reporte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Subió 7.08 pesos.
Sin embargo, durante las primeras dos semanas de febrero, algunas gasolinerías ya comercializaron este combustible entre 19.39 y 19.60 pesos por litro, por lo que se prevé que alcanzará los 20 pesos en las próximas semanas. Por su parte la magna alcanzó de 17.79 a 17.81 pesos en diversos establecimientos.
En el caso del diesel, durante enero se vendió en 17.77 pesos en promedio por litro, 59% más caro que en diciembre de 2012 cuando se comercializaba en 11.17 pesos.
Aunque, en lo que va de este mes ya se comercializa en más de 18 pesos en algunas estaciones en el centro del país.
Guillermo García Alcocer, presidente de la CRE, justificó estos incrementos al asegurar que están ligados al aumento que registró el precio del barril de petróleo, mismo que eleva los costos de producción.
Sobre esto, Miriam Grunstein, socia fundadora de la consultora Brilliant Energy, no descartó que en las siguientes semanas, el costo de los combustibles, principalmente de la gasolina premium, supere 20 pesos.
Situación que contradeciría lo dicho en noviembre pasado por el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, quien negaba de manera tajantemente que los combustibles alcanzarían este costo.
La especialista aseguró que la volatilidad actual de los precios obedece al comportamiento en el tipo de cambio, pues la importación de gasolinas y diesel, de la cual ya depende el país para abastecer su demanda doméstica, es pagada en dólares.
Señaló que a esta situación se suman las ineficiencias operativas en las refinerías de Pemex, el robo de combustibles por parte de la delincuencia organizada, la falta de infraestructura para el movimiento de los productos, pues su traslado por tierra es 14 veces más caro, además de la poca transparencia que existe en la conformación del precio final.
“Aunque Hacienda ha estado variando el IEPS, para que no pegue tanto el aumento, a veces el alza es brutal. Hay gasolinerías que ya ofrecen el producto a un costo superior a 19 pesos, incluso ya rasgando 20 pesos.”
Antes y durante los primeros años de la presente administración, se aplicaba un aumento gradual a los combustibles cada segundo sábado de mes, con el argumento de reducir el subsidio que beneficiaba sólo a la población de mayores recursos. Dicha política también se aplicó como un efecto de los altos precios del crudo en los mercados internacionales.
Pero a partir de 2015 se congelaron los precios hasta 2016, cuando la Secretaría de Hacienda aplicó una fórmula que permitía subir o bajar un máximo de 3% el costo de los combustibles.
Sin embargo, en 2017 se registró un aumento generalizado de 20% que provocó protestas y saqueos en todo el país, siendo ésta una acción que dio pasó a la liberación gradual de los precios en las diferentes regiones, y con la cual ya se permite a los gasolineros decidir el precio al que venden los petrolíferos, lo que ha derivado en las alzas actuales de los combustibles.
CON INFORMACION DE VANGUARDIA