Me niego a entender cómo es que los seguidores de Andrés Manuel López Obrador en tres segundos justifican hasta la más inverosímil barbaridad que comete, propone, insinúa, como incluir en su círculo más cercano a muchos de los personajes más cuestionados del régimen que se supone intenta derrocar.
Así es mis queridos boes, el candidato cuya falsa premisa es: no robar, no mentir y no traicionar (los hechos dicen que es pura demagogia) es hoy por hoy el reclutador se lo peor del más viejo PRI, de lo peor de los líderes sindicales que ojo han robado miles de millones de pesos, le han mentido a miles de mexicanos y han traicionado a la patria.
Hoy López Obrador se ha descarado al postular a Napoléon Gómez Urrutia, líder desde el exilio en Canadá, de los mineros.
Gómez Urrutia fue boletinado por la Interpol con una ficha roja para su localización con fines de extradición por el delito de fraude ni más ni menos que de 55 millones de dólares, de los que ahora cuestan casi 20 pesos; lo que podría al tipo de cambio significar más más de 1 mil millones de pesos de los actuales.
Pero además, entre las linduras de las que se acusa al cacique del sindicato minero, es de la negligencia con que se movió allá por el 19 de febrero del 2006 tras el colapso de una mina en Pasta de Conchos, en Coahuila donde quedaron sepultados 65 carboneros.
La tragedia hizo que las autoridades y los medios voltearan al sindicato que Napoléon, apodado ‘Napito’ porque heredó el poder sindical de su padre, y le descubrirán los desvíos millonarios, tras la pesquisa huyó con todo y familia a Canadá donde vive desde entonces.
Bueno pues a este tipo AMLO lo quiere hacer senador, lo que significa que gracias al tabasqueño no se le perseguirá más, no le harán pagar por el fraude multimillonario y será intocable, viajará con un sueldo que junto con las prestaciones del Senado serán de unos 200 mil pesos al mes.
“Napoleón Gómez Urrutia, como otros dirigentes sociales y políticos, ha sido perseguido y estigmatizando por la propaganda oficial y oficiosa”, defendió ayer el tabasqueño.
¿Qué dirán al respecto los creyentes de eso que parece más una religión que un partido político en torno al Peje?, ¿qué tanta congruencia habrá entre el perdón, protección y complicidad manifiesta de AMLO con Napito y el dicho ese del precandidato de Morena de que será terco contra la corrupción?
Junto a Napo, Nestora Salgado acusada de secuestro, a la que propios y extraños le señalan de haber tenido su propia cárcel en el Estado de Guerrero. Una mujer temida, odiada por aquellos rumbos, hoy también está en la lista de los candidatos a senadores plurinominales que propuso el Peje.
Como ambos personajes, en la lista de los que contradicen aquello de que será terco contra la corrupción están: Marcelo Ebrard que huyó a Francia tras el histórico desfalco con línea 12 del Metro de la CDMX.
Los maestros de la CNTE que han hecho la protesta, la destrucción de infraestructura educativa, el bloqueo de calles y nada de clases a sus alumnos una forma de vida.
Obviamente hay que nombrar el evidente apoyo de Elba Esther Gordillo que acumuló millones de dólares de recursos que tendrían que haber sido para la educación, Manuel Bartlett, quien operó el fraude del 88 contra Cuauhtémoc Cárdenas, el tamaulipeco al que señalan de haber suministrado millones de manera ilegal a la campaña de Vicente Fox en el 2000.
Y personajes como esos hay muchos, allá en su círculo cercano y en los estados como sus operadores.
El tema es que el argumento de muchos de los miembros de eso que luego parece como una secta justifican diciendo que los de enfrente son igual de corruptos, rateros, mafiosos, traidores y
salen con la inocentada de que todo mundo merece una oportunidad.
Es decir a López Obrador una buena parte, la mayoría diría yo, le justifican lo que se supone les tiene hartos de PRI y PAN.
Qué grave la dinámica en la que ha entrado la carrera electoral en el país, cuando a un candidato que encabeza las encuestas sus seguidores le aplauden lo que tendría que tenerles muy preocupados.
Lo había dicho antes, cuando a un candidato, a un líder como AMLO antes de tener todo el poder se le permite pisotear, perdonar solo por su voluntad a quien la ley tenía que perseguir, una vez que asuma el mando y tenga en sus manos los hilos de la justicia los va a manejar a su antojo, contra quien no piense como él, mientras aquellos que ahora le siguen ciegamente, justificando y perdonando sus ocurrencias podrían ser sus futuras víctimas; y el resto con ellos.
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