El cuerpo humano abarca todos los sistemas nerviosos del universo cotidiano. Los antiguos volvieron corpóreo el “cuerpo de los dioses”. Lo infinito alcanzó lo finito en lo trascendental del cuerpo como figura y pensamiento. El cuerpo en sí es el trazo de un templo y una ciudad. Las direcciones corporales confieren una dirección intercalada con el espíritu humano. Somos envueltos en esa metafísica que a través de los siglos se ha convertido en la medida de todas las cosas como pregonaban los viejos filósofos.
Gessiga Gadga, la artista de Cruillas, Tamaulipas, aborda el cuerpo en una poética concéntrica de calor humano, de acercamientos amorosos con colores telúricos, donde sus escorzos, las proyecciones en nadir, nos hacen pensar en la profundidad de un espíritu que raya en conductos metafísicos que envuelven a su pintura.
Ante toda una mujer que proyectas sus enigmas, su generosidad, sus secretos de mujer, sus círculos que son un remolinos de vivencias del cuerpo, del poder de las manos y los brazos que expresan esos círculos cálidos del abrazo total.
Lo formal de los círculos no son propuesta gratuita. Obedecen a un entendimiento de lo corporal en el universo metafísico que los dioses impusieron a los seres humanos en una filosofía de lo corpóreo.
Una artista no de búsqueda, de encuentro. De una gran capacidad en su evolución plástica. Disciplina, estudiosa, centrada en una motivación de una amante del yoga, del goce corporal.
Sus grabados, contribuyen en mucho a los resultados de su reciente trabajo. Contemplo la iniciación a obras mayores, que la Gadga entiende cada día mejor. El grabado, sobre el aguafuerte resume en muchos las características técnicas y pictóricas de las soluciones de su obra pictórica. Los colores óxidos, la profundidad de lo oscuro que hace resaltar el volumen de los torsos que abrillantan el espacio, que son una radiación en su temática.
Sus ojos marcan la melancolía que parece mostrar una soledad interior. Su alegría sigue de una niña que ha encontrado en el paraíso de su pintura el camino a sus alegrías y a su amor a la vida, que es un arte.
“Desdoblamientos Humanos”, es el título de una exposición en el Centro Cultural Tamaulipas, que será itinerante en el estado gracias a los auspicios del ITCA, que dirige con acierto Hugo Alberto Castillo.