El año 1962 fue emblemático en el siglo XX, porque el mundo vivió una crisis que estuvo a punto de provocar la tercera guerra mundial.
En aquella, ocasión, la “guerra fría”, basada en enfrentamientos políticos, comerciales, ideológicos y hasta deportivos, con una alta dosis de espionaje de ida y vuelta entre los gobiernos de Estados Unidos y la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas, (URSS), estuvo a punto de provocar, como señalé anteriormente, que ambas naciones estuvieran a punto de destruirse con la enorme cantidad de armas nucleares que almacenaban.
El mundo entero vivió momentos de tensión.
El hecho es que de pronto, el presidente número 35 del país vecino, John F. (F de Fitzgerald) Kennedy, recibió la información fotográfica tomada por aviones U2, que el gobierno de la URSS comandado por Nikita Kruschev, estaba colocando en el país isleño, Cuba, varios misiles “Jupiter” de alcance medio que apuntaban a las principales ciudades de la unión americana.
A este hecho se le conoce como la “Crisis de los Misiles” y es tema propicio para la cátedra de Teoría de Conflicto y Negociación.
Bien vale la pena comentar que un año y nueve meses antes de la crisis de los misiles, el joven presidente Kennedy, juró el cargo como Presidente del país del norte. Dentro del contenido del discurso, destaca uno: “Never negotiate out of fear, but never fear to negotiate”, lo que traducido al español equivale a: “nunca negocies con miedo, pero no temas nunca negociar”.
El futuro de la humanidad se sostuvo en la decisión del joven presidente Kennedy, quien fue aconsejado por altos militares, que defendiera la decisión de mantener el agresivo bloqueó con buques militares de gran calado pertrechados en las aguas del caribe.
El resultado final de la crisis de los misiles se da cuando ambas partes ceden.
Por un lado, los EEUU se comprometieron a no invadir Cuba y a no volver a intentar otra invasión como la «Bahía de Cochinos”, que pretendió derrocar a Fidel Castro.
Y por otro, la URSS dejaría de construir silos para los misiles y desmantelar las armas nucleares en Cuba.
Aún con el acuerdo que parecía un empate y que el mundo reconoció las habilidades de Kennedy como negociador, en realidad Nikita Kruschev logró que los Estados Unidos retiraran de Turkia e Italia, el arsenal de misiles que apuntaban hacia ese país.
Hecho que hasta varios años después se filtró al mundo entero.
Vaya, los que ganaron más, fueron quienes profesaban la tendencia socialista.
¡Qué pena!
El Presidente Enrique Peña Nieto (EPN) dio un discurso a la nación para clarificar y fijar su postura ante las agresiones de Donald Trump, quien enviará soldados de la guardia nacional de ese país, a patrullar la frontera con México.
Nos acusa de invadir con gente non grata ese país.
De la invasión de armas norteamericanas de ese país al nuestro, ni lo toca, por estar comprometido con la Asociación Nacional del Rifle, quienes presumen ser la organización de los derechos civiles más copiosa, al reunir más de 5 millones de agremiados que defienden la 2da. Enmienda Constitucional.
Y va más allá, ahora. encareció la negociación al amenazar con no ratificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) si México no endurece sus políticas anti migratorias hacia ese país.
En su discurso, EPN expresó que se apoyaba en una frase de un gran ex presidente de los Estados Unidos: “no tendremos miedo a negociar, pero nunca negociaremos con miedo”.
Bueno la frase de EPN dista de ser la traducción literal de la frase de Kennedy, pero para el caso es lo mismo.
En la negociación de Trump, lo óptimo es que él debe ganar, mientras su adversario, no, o al menos no tanto.
Deja a un lado la nueva tesis de la negociación, donde para salir mejor librados, se debe ganar/ganar.
En estos días, sabremos de que está hecho EPN, pero también, Trump.
Hagan sus apuestas señores.