CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Pocos pelos pero bien peinados… ¡y recortados! … o pintados, con chuchuluco o sin copete, con raya de lado o en medio, parados o con crepé, largo, corto o entresacado no importa como el lector lo prefiera, mientras haya de donde cortar (porque luego es más trabajo hallarlo que meterle tijera)
Tradicionalmente el aseo personal era inculcado en la educación inicial, desde el jardín de niños y en la primaria se procuraba enseñar al alumno a traer el cabello corto en los varones y bien peinado en las mujeres. Sin embargo el corte de cabello ha evolucionado apresuradamente en los últimos veinte años.
En Ciudad Victoria abundan las peluquerías y estéticas, tal vez más en el caso de las primeras. Precisamente es por el área de la calle seis entre Hidalgo, Juárez y Bulevar Praxedis Balboa, donde se concentran una treintena de establecimientos dedicados al cuidado del cabello.
El Caminante enfiló entre baches y charcos a este lugar para echarse la platicada con las encargadas de embellecer y dejar guapos y pulcros a los victorenses que día a día acuden a cortarse el cabello, teñirlo o darle algún cuidado específico.
En la “Calle de las Peluqueras” puede uno encontrar fácilmente veintitantas opciones para cortarse el cabello. De entrada causa curiosidad saber cómo es que vinieron todas a dar a este pequeño sector de la ciudad, una historia que Doña Eva conoce muy bien, pues fue su hijo quien hace casi tres décadas decidió abrir la primera estética de la calle seis, aprovechando un pequeño local heredado por su familia. Sin embargo Dios en su plan decidió llamar a su presencia a este joven victorense. A juzgar por su expresión, A Doña Eva aún le causa tristeza tocar el tema, sin embargo ese espíritu emprendedor que su hijo siguió, fructificaría años después no solo en su caso, sino en empleo para
cientos de mujeres trabajadoras de la capital tamaulipeca.
Ese caso en particular fue el origen de la Estética Fox, lugar de trabajo para media docena de personas. Una de ellas es Doña Irene que, con mas de treinta años de experiencia, cada mañana acude puntualmente a trabajar. Son las 9 am y su primer cliente, Don Quirino ya esta listo para ser peluqueado. En un dos por tres máquinita en mano Doña Irene le pasa el #1 y el #2, mas una refilada en patillas y nuca ¡y listo! Casquete cortito para no sufrir por el calorón bochornoso del mes de mayo.
Aunque hace mucho tiempo Doña Irene tuvo su propia estética, de unos años para aca prefirió trabajar en esta modalidad.
Myrna es la sonriente del grupo. Cuenta que decidió apartarse un tiempo de este oficio para dedicarse a la maternidad, pues uno de los beneficios de esta chamba es (además de laborar por comisión) que se acomoda a las necesidades de cada trabajadora.
En un día pesado una sola empleada puede llegar a atender hasta 35 personas, dependiendo de la temporada. La tradición de ‘pelarse’ los domingos sigue vigente, pero previo al regreso a clases aumenta el número de niños que se peluquean así como en el mes de diciembre, que es cuando todo mundo quiere verse guapo (y la mayoría trae dinero).
Esta semana que se aproxima el día de las madres seguramente habrá muchas damas acudiendo a ponerse más bellas para ser festejadas.
Mary también ha tenido varios reingresos en esta y otras estéticas y hoy nuevamente está en este lugar.
Cuenta que lo que más piden en un dia común es el corte de caballeros, aunque de vez en vez llega alguien a pedir un estilo más “moderno” y para ello las trabajadoras suelen acudir a cursos de actualización ya sea en estilos y diversos tratamientos, como tines, mechas, planchados, permanentes (alaciados y chinos) algunos en el Cedif y otros en
exposiciones de expertos que vienen a la ciudad de vez en cuando.
La mayoría de las peluqueras de esta calle aprendieron en el Cecati 76, lo cual les permitió acceder a un empleo digno y fácil de adaptar a sus ocupaciones.
Pero hasta al mejor cocinero se le quema la sopa de vez en cuando. Las trabajadoras cuentan entre risas el caso de una compañera que atendió a un cliente que al pedir su corte especificó que “le pasaran el #1 y luego el #2” instrucción que la peluquera siguió al pie de la letra… solo que el cliente no aclaró que ese “corto” ¡era solo por los lados! Lo peor del caso es que el cliente se casaba al dia siguiente. Lo bueno de esto es que el susodicho cada que se vea en la foto de su boda se verá bien peluqueado (y no con los pelos que estaban de moda en ese momento). Pero estas son historias muy raras pues casi todos los que acuden a la estética son clientes de muchos años atrás y ya se les conoce
‘el modo’.
El costo por un corte de cabello básico no pasa de 30 pesos, sin embargo si piden el Flat Tap (o fletap, pa’ la raza) va subiendo la tarifa, también si piden el “corte americano” que es con los bordes de la frente completamente horizontal (como Daddy Yankee) que es el que comúnmente lucen los “chicanillos”.
Susy es de pocas palabras, pero no pierde detalle de la conversación mientras se dedica a hacerle el corte a una clienta.
Ella comenta que una de las clientelas que ha aumentado son los militares, quienes piden siempre el corte característico, además de delatarse con el acento del istmo o del clásico tonito chilango. Muchos de ellos ya identificaron esta zona y cada mes vienen a pelarse en alguna del los establecimientos del área.
Aunque la mayoría de los cortes suelen ser fáciles y rápidos, el cansancio de estar de pie y con los brazos levantados agota a las trabajadoras de las estéticas. Algunas realizan corte a domicilio, sobre todo a personas de la tercera edad a quienes les es muy difícil moverse o transportarse.
Sin embargo aunque la calle esta nutrida de estéticas y peluquerías puerta tras puerta, los negocios abren y cierran constantemente. “Afortunadamente yo soy dueña de mi local comercial, y no tengo que pagar renta, sino ya no estuviéramos aquí, uno se ve en dificultad para pagar al estado, a Hacienda, al Seguro Social, luz y agua, por eso quienes tienen que pagar renta duran dos o tres meses y se quitan” cuenta Doña Eva.
“Muchas veces para cuando las autoridades fiscales regresan tras los 60 días de prueba, el negocio ya esta cerrado” relata la patrona del lugar.
Las peluquerías ya no están abiertas todo el dia, no solo por la inseguridad, sino porque la afluencia de clientes solo se limita a las mañanas y prefieren cerrar a eso de las cinco o seis de la tarde.
Ya es casi medio dia y los clientes empiezan a desfilar y a ocupar las sillas. El Caminante se despide de las atentas y simpáticas trabajadoras de la estética pues mucho ayuda el que no estorba, y aunque la platica estaba muy amena ya es tiempo de partir y darles oportunidad de hacer lo que mejor saben: dejar al cliente pulcro y limpio.
Ha sido suficiente Pata de perro por esta semana y definitivamente este es el mejor rumbo de la ciudad si lo que se requiere es un corte de pelo perfecto, rápido y económico. Y usted ¿ya se corto el cabello?