CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Durante la segunda mitad del siglo XVII, la expansión de la Nueva España hacia el oriente del septentrión novohispano se encontraba prácticamente desierta; a pesar de ello, algunos sitios en diferentes puntos del Seno Mexicano habían logrado unos pocos asentamientos, debido a las penetraciones esporádicas efectuadas por los misioneros franciscanos y por las autoridades y vecinos de las provincias cercanas a ese territorio, como Nuevo León, estableciendo rancherías de pastores que no progresaron debido a la presencia de indios salvajes.
Fue Antonio Ladrón de Guevara, conviviendo con los indígenas que halló a su paso, quien abrió la ruta entre Linares y la barra del río de los Conchos, en las cercanías del actual San Fernando, Tamaulipas. Ladrón de Guevara, originario de Castilla, vivió desde muy joven en la Ciudad de México, y había ocupado cargos importantes en el gobierno de la Nueva España, sirviendo en posiciones políticas y militares. En 1733 había sido nombrado Procurador del Ayuntamiento de Monterrey. Durante sus primeros veinte años en Nuevo León, realizó numerosos viajes a la costa del Seno Mexicano, ofertado sus servicios a la Corona española para realizar una expedición formal y colonizar el área Este
septentrional.
Diversas circunstancias influyeron en que dicha tarea colonizadora, recayera en don Joseph de Escandón, Teniente de Capitán General de la Sierra Gorda, del cuerpo miliciano de Querétaro, quien de acuerdo con un nombramiento especial, en 1743 había efectuado a sus expensas el reconocimiento de la zona, proporcionando a la Corona información básica para su dictamen. Finalmente el 13 de mayo de 1748, en cumplimiento de órdenes dictadas en 1739 por el rey Felipe V, se celebró en la Ciudad de México y bajo la presencia del Virrey de la Nueva España, primer Conde de Revilla Gigedo, la Junta de Guerra y Hacienda, en donde Escandón fue designado para llevar a término el reconocimiento, reducción y pueble de la Costa del Seno Mexicano.
Tras ese nombramiento y con la encomienda de formar poblaciones formales, quedaban obsoletas las mercedes que con anterioridad, se le habían otorgado a vecinos del Nuevo Reino de León sobre el actual Tamaulipas.
El gobernador de Nuevo León ejerce control sobre Tamaulipas
La ausencia de una solución política al conflicto entre los partidos tamaulipecos Rojos y Crinolinos, el acoso extranjero y la posición geográfica de nuestra entidad, fueron factores que consideró el presidente Juárez para desplazar al general Santiago Tapia a Tampico y decretar el estado de sitio en Tamaulipas el 4 de enero de 1862. Pero dada la amplitud del territorio, el gobierno federal se vio incapacitado para cumplir esta disposición, por lo que delegó su pacificación al ambicioso gobernador de Nuevo León, Santiago Vidaurri, invistiéndolo de amplias facultades políticas y militares, con libertad para manejar las rentas federales y locales, teniendo completo control sobre nuestras aduanas fronterizas.
La designación de Vidaurri generó el rechazo de importantes generales como Jesús González Ortega e Ignacio Zaragoza, lo cual amenazó con provocar mayores problemas que los que trataba de solucionar. Por tal motivo, el 16 de marzo Vidaurri nombró como gobernador y comandante militar de Tamaulipas al ex presidente Ignacio Comonfort, quien había recibido la protección y el apoyo del caudillo norteño a pesar del enojo de don Benito Juárez.
Nuevo León reclama ser frontera con Estados Unidos
En 1887 se tuvo conocimiento en Nuevo Laredo de las operaciones que realizaba en el norte de Nuevo León y Tamaulipas, la deslindadora “Felipe Salazar”, lo que podía afectar su extensión territorial. Más aun, porque existió otro caso de reclamo de gran parte de los terrenos comprendidos dentro de la municipalidad, por parte de Prudencia Vidaurri de Milmo, hija del antiguo caudillo. Esto hizo, según nos relata Octavio Herrera, que el ayuntamiento de Laredo de Tamaulipas pusiera atención y nombrara a un comisionado para observar de cerca estos asuntos, al tiempo que notificaba alarmado al gobierno de Tamaulipas lo que estaba sucediendo.
La cuestión era que en Laredo no existía una demarcación oficial de los linderos municipales, de ahí el temor ante los posibles abusos de las deslindadoras, a lo que se sumó enseguida la reactivación de los antiguos diferendos limítrofes entre Nuevo León y Tamaulipas.
En efecto, al tratar de regularizar los límites de Nuevo León con miras a establecer un orden administrativo y catastral en todo su territorio, el general Bernardo Reyes, que había excedido al poder en 1889, se propuso definir los limites respectivos con Coahuila y Tamaulipas.
Con el precedente de que Nuevo León había sido fundado a fines del siglo XVI y que desde esa fecha, hasta mediados del siglo XVIII sus gobernadores otorgaron diversas mercedes de tierra en la Costa del Ceno Mexicano, muchos de los municipios neoleoneses limítrofes alegaban tener derechos para extenderse más allá de los linderos tradicionalmente reconocidos con Tamaulipas a lo largo de un siglo y medio.
Con estos absurdos argumentos, el gobernador Reyes tuvo elementos de presión para condicionar a su favor la definición de los límites con Tamaulipas, pero sin saber que tales referencias habían caducado en el propio tiempo colonial, al momento de que Escandón estableció el Nuevo Santander.
Sin lugar a dudas, el trasfondo de esto, era otorgarle a Nuevo León el estatus de entidad fronteriza con Estados Unidos. En un avance a sus propósitos, Reyes logró en 1891 incorporar a Laredo bajo su jurisdicción militar, teniendo además el interés inocultable de aprovechar la coyuntura para apoderarse de la plaza fronteriza, convertida ya en un importante cruce ferroviario con el vecino del norte.
La reconfiguración política entre ambos estados no era remota. Contaban los neoloneses con el aval del general Díaz y con el apoyo interno en el propio Nuevo Laredo, con el precedente de que antes ya había habido dos intentos de esa población por incorporarse a Nuevo León. Al apoyo de los laredenses venia del presidente municipal Samuel M. Balden y del administrador de la aduana Pedro Arguelles.
Conocedor de esa situación, el gobernador de Tamaulipas, ingeniero Alejandro prieto, se quejó ante don Porfirio Díaz.
Finalmente Díaz escucho al mandatario tamaulipeco. Prieto como conocedor de la historia que era, se había adelantado a las deslindadoras y había actualizado la vigencia legal de los títulos de propiedad otorgados durante la época colonial por los Autos de la General Visita. Con esta medida, don Alejandro antepuso un argumento histórico y jurídico que refrendaba el establecimiento legal del Nuevo Santander, por encima de cualquier merced de tierras que antes se hubiesen otorgado.
De esta forma se desvanecía cualquier alegato jurídico de procedencia que pudiera argumentar Nuevo León sobre el territorio en el que extendía su soberanía Tamaulipas.
Para otorgarle un sentido simbólico de pertenecía a su entidad, el gobernador Prieto formalizo el 20 de octubre de 1891 que Laredo de Tamaulipas pasaba de ser villa a ciudad.
Fin del litigio
Hacia 1892 la Comisión Geográfico Exploradora fijó los límites oficiales entre ambas entidades, influyendo mucho, en algunas partes de la geografía tamaulipeca, una delimitación que tiempo atrás había realizado el dueño de la famosa hacienda La Sauteña-
Nuevo León por fin accedía a la tan ansiada frontera, pues intercambio territorio con Coahuila y de esa manera la población de Colombia se convertiría en su único contacto con los Estados Unidos. Como dato adicional, antes de que eso pasara, Tamaulipas colindaba con Coahuila, pero a partir de 1892 esto termino.
marvin-huerta@hotmail.com
EL DATO
Historia mal contada
Páginas web como mitofago u otras que abundan en la red confundiendo a la juventud, en su afán de “reescribir” la historia de México (pero sin pruebas que los respalden), afirman erróneamente que la franja fronteriza de Tamaulipas era de Nuevo León y que Benito Juárez, para contrarrestar el poder de Vidaurri se la quitó, cediéndonos ese territorio, algo por demás irrisorio, ya que desde la época del colonizador José de Escandón, esas tierras, incluyendo el ahora valle de Texas, fueron cedidos por la corona española para el establecimiento del Nuevo Santander, y posterior a la independencia, pasaron a formar parte de Tamaulipas.
El gobernador Alejandro Prieto, impidió el despojo regio
José de Escandón
Así era Tamaulipas originalmente
General Bernando Reyes, peleó Nuevo Laredo para N. León
El General Porfirio Díaz, resolvió el pleito por límites
Escudo de Nuevo León