11 diciembre, 2025

11 diciembre, 2025

Peligrosa crispación

Café Expreso

Las imágenes son elocuentes: un grupo que no rebasa el centenar de manifestantes, golpea y humilla a elementos de la Marina, que momentos antes habían intentado desactivar un bloqueo en Ciudad Guzmán, Jalisco.

De ese episodio surgió una postal que ayuda a dimensionar el problema: en una de las patrullas de la Semar que resultaron vandalizadas, los manifestantes se dieron tiempo de pintar las siglas del Cartel de Jalisco Nueva Generación.

Ante la imposibilidad de responder las agresiones, a los elementos federales no les quedó más que aceptar su derrota y, literalmente salir huyendo.

Se desprenden varias apreciaciones de este hecho: la primera, muy evidente, es la falta de protocolos para que las fuerzas militares mexicanas puedan salir bien libradas cuando se ven envueltas en manifestaciones que dejan de ser pacíficas.

El temor a excederse en el uso de la fuerza -como ya ha ocurrido en el pasado- los paraliza y el resultado es desastroso.

Pero también vale la pena poner el foco en la excesiva crispación que se percibe en muchos rincones del país, donde por diferentes razones, hay amplios sectores de la población dispuestos a enfrentar a la autoridad que sea.

Y la autoridad, como en el caso de Ciudad Guzmán, luce rebasada.

El diagnóstico se agrava si consideramos que el país atraviesa uno de los procesos electorales más importantes de su historia, en el que están en juego muchos intereses enfrentados.

La polarización política divide núcleos sociales que parecían sólidos; por ello es inevitable preocuparse por lo que pudiera ocurrir después del 1 de julio, cuando haya uno o dos bandos vencidos.

Está a prueba la fortaleza del Estado mexicano, ni más ni menos.

Y en la grilla… 
Cuando parecía que Yeidckol Polevnsky había intervenido para suavizar la tensión generada por las bravuconadas de Ricardo Monreal en Tamaulipas, ayer se evidenció que las andanadas del ex delegado de la Cuauhtémoc, apenas comienzan.

Más allá de las apreciaciones que pudiera ameritar el contenido de sus mensajes, queda en claro que Monreal no entiende o le importa un comino el momento histórico que vive la entidad: si algo no necesita el ambiente político local es más violencia.

No conviene a nadie convertir la lucha electoral en una guerra de lodo, que termine por desalentar a una sociedad cuyo principal deseo es vivir en paz.

Del affaire que protagoniza Monreal, queda la impresión de que actúa por iniciativa propia, y que ni sus compañeros de Morena están de acuerdo con la pelea en la que se enfrascó.

Para muestra, basta recordar que el mismo López Obrador ha visitado el estado en son de paz, como ya es su costumbre.

Mañana Monreal amenaza con regresar a Tamaulipas, y ahí veremos si la cúpula de Morena tuvo la capacidad de suavizar a uno de sus gallos más respondones e irresponsable porque definitivamente no entiende las complicadas circunstancias que vive el país.

Por lo demás, los tamaulipecos ya tenemos suficientes problemas y enfrentarlos y ponerles fin amerita un esfuerzo sobrehumano. 

No se vale entonces que un político irresponsable como tormentoso zacatecano venga a tratar de complicarnos la existencia.  Cordura, madurez y responsabilidad bien que le hacen falta al subalterno de López Obrador.

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