* El columnista es autor de las novelas: “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo”, además Premio Nacional de Periodismo 2016.
Dentro de una semana todo habrá concluido. Justo por la mañana del próximo lunes sabremos más o menos con certeza quién será el sucesor de Enrique Peña Nieto y por consecuencia se empezará a escribir la nueva historia de México.
Ahora mismo inicia la cuenta regresiva que incluye, (gracias a Guadalupita), la suspensión de la propaganda que nos tiene hasta la progenitora y que en razón de la estupidez política estamos obligados a soportar con santidad franciscana todo este tiempo en que los diversos candidatos han abusado de la paciencia humana.
Usted dirá que la publicidad electoral es un tratado de tonterías (por llamarlo de forma decente) que al final de cuentas poco o nada tiene que ver con la realidad. Y tiene razón, pero bien que sirve para justificar el ascenso de tal o cual personaje ligado a la mezquindad del sistema.
Desde luego habrá excepciones, pero de que las promesas de campaña por lo general son parte de la simulación y el engaño, eso-que-ni-que.
Este miércoles 27 entonces, partidos y candidatos tendrán que dejar de abusar con sus estridencias, lo que significará la primera victoria de una ciudadanía que en esta ocasión pareciera dispuesta a cobrar deudas pendientes, sea hacerse justicia por propia mano a través del voto…Cómo que ya era tiempo, ¿no?.
Terminarán las campañas y de inmediato iniciará el proceso de recuperación ciudadana después de escuchar tantas y tan variadas tonterías por parte de quienes imaginaron personificar la felicidad civil. ¡Insensatos!.
El asunto es que vivimos los últimos días de una pesadilla que de tan repetida pareciera masoquismo. Y no es exageración cuando con singular alegría el supremo gobierno dispone de nuestros impuestos para solventar caprichos e intereses muy distantes de la problemática social. Y ni modo que sea invento.
En este punto el escribidor insiste en que los partidos políticos y lo que representan, han sido la mayor desgracia de la república, con la salvedad de la organización que abandera a López Obrador que no es partido sino un movimiento de regeneración nacional.
PERDIMOS A MEADE
De manera que pronto iniciará la otra historia de México y de acuerdo a las evidencias, es de creer que será encabezada por AMLO ante la desesperación de sus adversarios que se resisten a aceptar el rechazo mayoritario.
El tiempo se agota y la angustia abruma a algunos contrincantes como Meade quien recién en Puebla cometió el absurdo de compararse con Ignacio Zaragoza “por haber derrotado a los enemigos de la patria”. Supone el candidato del PRI que en esta calidad habrá de triunfar el primero de julio sobre AMLO. Sin embargo se cuidó de no mencionar que en 1862 don Ignacio actuaba bajo las órdenes de Juárez (máxima inspiración de López Obrador). También ignoró la carta que enviara el héroe a su jefe donde decía: “puede ser que ellos (los franceses), sean el mejor ejército del mundo pero nosotros somos los mejores hijos de México”.
Zaragoza era un liberal puro y apasionado defensor de la soberanía nacional, en cambio Meade pertenece a la derecha elitista y es un convencido entreguista a los intereses del gran capital nacional y extranjero.
En este sentido Meade debiera estar consciente que la mayoría de la república no lo desea como presidente, digo si de semejanzas se trata. Por otra parte, al acudir a la
grotesca referencia de Zaragoza y otras frases utilizadas en sus últimos discursos pareciera que a Pepe Toño ya lo perdimos…Sea que huyó del sistema solar y pue-que hasta de la galaxia.
En cuanto a Anaya la promesa hecha en el Edo-Mex lo dice todo pues asegura que triplicará las pensiones a los adultos mayores. Olvida la crítica a AMLO en cuanto a ocultar de dónde obtendrá los recursos.
XICO, HACIENDO CAMINO
Nadie puede negar que Xicoténcatl González Uresti ha hecho campaña casa por casa. El candidato a la alcaldía victorense sabe de la importancia que significa llevar su mensaje renovador hasta el núcleo familiar, ahí donde día a día se construyen los valores y tradiciones que inspiran la unidad ciudadana.
Las jornadas del doctor Xico tienen sentido humano no solo en su relación directa con las familias sino en la práctica que ratifica su vocación de servicio. Los grupos médicos interdisciplinarios por ejemplo, cumplen magnífica tarea al atender con alto grado profesional a una población marginada que desde siempre afronta carencias que le imposibilitan atender su salud en tiempo y forma.
Hay que insistir en que la campaña del doctor Xico es diferente por diversas razones, fundamentalmente porque se construye a partir del sentimiento popular y de esto no cualquiera puede presumir. Digo yo.
Y hasta la próxima.