CIUDAD MANTE, Tamaulipas.- El consumo de medicamento controlado por adolescentes y jóvenes con fines recreativos comienza a tener auge como una de las drogas predilectas, sin embargo, suele ser el paso previo al uso de drogas ilegales y más fuertes que puedan causar daños irreversibles a la salud y hasta la muerte.
El psicólogo Omar Alonso Solano, director de la Unidad de Especialidades Médicas del Centro de Atención Primaria en Adicciones (Uneme Capa) de Mante, confirmó que existe una “moda” entre menores de 12 a 17 años de edad con el uso de medicamento controlado como el clonazepam o diazepam, que clínicamente son utilizados como sedantes, ansiolíticos o anticonvulsivantes, pero que los jóvenes los usan con fines recreativos.
Aceptó que el uso del fármaco por menores va en aumento, pues a pesar de ser un medicamento controlado puede estar a su alcance su alguno de sus familiares adultos lo consume, además, la información obtenida a través de redes sociales o directamente por amigos o compañeros de escuela es una de las causas por el cual despierta curiosidad sobre sus efectos.
Alonso Solano advirtió que es importante que los padres de familia mantengan una comunicación abierta con sus hijos sobre las consecuencias a las que están expuestos con la ingesta del medicamento, sobretodo cuando potencian el riesgo de mezclarlo con la ingesta de alcohol, “el problema es que el uso de este medicamento suele ser el paso previo a la utilización de drogas más fuertes e ilegales, hasta convertirse en dependientes”.
Algunas de las reacciones más comunes a consecuencia de la intoxicación se reflejan con pérdida de memoria, relajación exagerada, incoordinación, dificultad para hablar, baja de la presión, entre otras.