La ratificación de mandato fue una de las propuestas de campaña del presidente electo Andrés Manuel López Obrador. Pero, ¿qué es y para qué sirve?, en términos concretos, es un instrumento que forma parte de la democracia directa, mediante el cual, el ciudadano valida o rechaza la permanencia (en este caso, al cumplirse el tercer año de gobierno) del presidente de la república mediante el voto directo, libre y secreto.
Siendo así, la puesta en marcha del modelo mexicano de la ratificación de mandato, correrá por dos vías:
La primera, es de forma; es decir, consistirá en crear jurídicamente dicha figura mediante un proceso de reforma constitucional, por lo tanto, el Congreso de la Unión, a través de cada una de sus dos cámaras, deberá aprobarla con el voto de las dos terceras partes de los legisladores presentes (mayoría calificada) y, posteriormente, deberá ser aprobada por la mitad más una de las legislaturas de los estados (mayoría absoluta).
Ahora bien, el Presidente electo, sabe que su propuesta será aprobada sin complicaciones en la Cámara de Diputados, ya que la coalición “Juntos Haremos Historia” cuenta con 252 legisladores de MORENA, 31 del PES, 29 del PT, más los 28 de Movimiento Ciudadano y los 11 del Partido Verde, lo cual, suma 351 votos de los 304 que exige la mayoría calificada (considerando que a la sesión asisten los 500 legisladores).
Sin embargo, donde podría complicarse la ruta de la aprobación sería en la Cámara de Senadores, pues los representantes de MORENA, PES, PT, MC y PVEM representan 83 votos de los 86 que exige la mayoría calificada (considerando que a la sesión asisten los 128 senadores).
En caso de que se aprobara la ratificación de mandato en las cámaras legislativas mencionadas, el proceso de reforma constitucional no será válido sin el apoyo por mayoría absoluta de las legislaturas estatales; es decir, que se apruebe por la mitad más uno de esos congresos (17 poderes legislativos locales). Sin embargo, aquí no correrá riesgo la encomienda del Presidente electo, pues la coalición “Juntos Haremos Historia” cuenta con mayoría en 19 de los 32 órganos legislativos estatales.
Una vez concretada la ruta legislativa, será el Titular del Poder Ejecutivo Federal, quien ordene su publicación en el Diario Oficial de la Federación para su entrada en vigor.
La segunda vía para poner en marcha la ratificación de mandato, es de fondo; por lo tanto, consistirá en desarrollar un modelo que fomente la participación ciudadana mediante convocatoria, planear la organización, desarrollo del proceso, cómputo de votación y declaración de resultados sin dejar fuera los medios de impugnación.
En el 2021, la tarea que tendrá el equipo político del próximo presidente para ratificar su mandato será delicada; el objetivo central.
Además de garantizarle su permanencia en la silla presidencial, será el de mantener la mayoría en la cámara baja, pero además, ganar las elecciones de gobernador en Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, sin olvidar las poco más de novecientas diputaciones locales y las más de mil cincuenta alcaldías que integran dichas entidades.
El Presidente electo deberá ser cauteloso al escuchar consejos de asesores que improvisan o utilizan doctrinas inflexibles, será imprescindible que se aparte de quienes pretenden alejarlo de la sociedad.
México no necesita un presidente de oficina, sino uno que camine por sus municipios y escuche a su gente, una de las ventajas que tiene Andrés Manuel es que dicho modelo lo lleva en su ADN. En relación a ello, Nicolás Maquiavelo en el “El príncipe” señaló: “no construyas fuertes para protegerte, el fuerte es símbolo de aislamiento, coarta tu flexibilidad y es un blanco fácil para tus enemigos”.
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